La Educación Sexual Integral (ESI) vuelve a estar en el centro del debate a causa de un polémico video que filmó una alumna de una escuela cordobesa. El episodio muestra a una docente enseñando cómo colocar un preservativo utilizando la boca, lo que generó una inmensa cantidad de opiniones al respecto acerca de cuáles deben ser los límites y la metodología de la ESI en las aulas, desviando nuevamente la atención acerca de la importancia que, según el Eje Cuidar el cuerpo y la salud, tiene la protección de la salud sexual y reproductiva donde se incluye también la prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).
Por María Inés Alvarado*
para Diario Digital Femenino
Hace menos de tres meses, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó un informe que señala un importante aumento de las ITS “en 2022 el número de nuevos casos de sífilis entre personas adultas de 15 a 49 años aumentó en más de un millón, hasta alcanzar los 8 millones” especialmente en América y África. Según la Agencia de Noticias Científicas, en Argentina, “los datos del Boletín Epidemiológico Nacional de 2022 muestran que la tasa de sífilis en la población general fue de 57.7 casos por cada 100 mil habitantes, con un incremento de 1.6 casos respecto a 2019 y de 30 casos en comparación con 2021-2022, años marcados por bajas tasas de notificación clínica debido al impacto de las medidas epidemiológicas durante los primeros años de la pandemia por Covid-19”. Este dato va acompañado de una descripción que asegura que “esta enfermedad afecta a todas las regiones del país, con tasas más altas en grupos demográficos como personas de 20 a 34 años y adolescentes de 15 a 19 años, donde los casos predominan en mujeres, mientras que, en la población mayor de 50 años, las notificaciones en hombres superan a las de mujeres”.
Con fecha 2 de agosto, el portal de noticias El Destape, publicó una nota que afirma como, “en los últimos años, médicas, médicos e infectólogas, infectólogos detectaron un incremento en los contagios de sífilis” acompañado de una tendencia en ascenso de otras ITS tales como “gonorrea, chlamydia trachomatis, tricomoniasis, herpes simplex y el virus del papiloma humano (VPH)» lo que evidencia una falla sistemática en la prevención y la educación, específicamente. Es importante trabajar esta información en las aulas porque la mayoría de ellas, especialmente la sífilis, solo se detecta en primera instancia, a través de un análisis de sangre, por lo cual una persona puede haberse infectado y, al no tener síntomas, seguir propagando la infección que se transmite a través de la bacteria treponema pallidium.
Si bien la importancia de la promoción y atención de la salud sexual, así como la prevención de riesgos y daños que producen la ITS forman parte de los lineamientos curriculares tanto para el área de Biología y las Ciencias Naturales como para los de la ESI, es evidente que aún falta bastante información al respecto, específicamente en la necesidad de fortalecer la autonomía y la responsabilidad en las relaciones sexuales y en los procesos de promoción de actitudes que tienen que ver con el cuidado de la salud propio y ajeno. Una ITS es la puerta de entrada a una enfermedad. Contraer infecciones de transmisión sexual puede ser grave para la salud sino se controla a tiempo. Cuando una persona se contagia un virus o bacteria, no contrae una enfermedad, pero, si no recurre a un control médico a tiempo, puede desarrollar la enfermedad que produce ese patógeno. La única manera de no transmitir patógenos presentes en las ITS es utilizando correctamente el preservativo.
Por eso se hace imprescindible hablar del preservativo y del campo de látex en las aulas, no solo de como colocarlo correctamente (se puede consultar la web de Fundación Huésped) sino acercando información que muchas veces se les niega: los preservativos son de distribución gratuita en todos los centros de salud y hospitales y las obras sociales y prepagas están obligadas por ley a dar cobertura gratuita por ley. Sí, la Ley 25.673 que crea el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, establece que “para dar respuestas eficaces sobre salud sexual y procreación responsable” los servicios de salud deben “prescribir y suministrar los métodos y elementos anticonceptivos que deberán ser de carácter reversible, no abortivos y transitorios” a “demanda de los beneficiarios y sobre la base de estudios previos”. Si bien el trámite para acceder a este beneficio es diferente en cada prepaga deben saber que la ley y el Programa Médico Obligatorio (PMO) establecen que la cobertura de preservativos sea del cien por ciento, y no es necesario indicar ni el sexo ni el género de quien los solicita. Explicar cómo colocar un preservativo no debe generar controversias, no acercar la información adecuada para que las cifras de contagio de las ITS no sigan creciendo y así cuidar la salud sexual de las adolescencias debería ser el centro del debate.
(*) Docente, comunicadora. Co-directora de La ESI en juego.
Columnista de Diario Digital Femenino – De ESI Sí Se Habla
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