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Por Maximiliano Montenegro

Locas, sucias y putas. Un fiscal y tribunal resolvieron que una nena de 4 años fabuló un abuso sexual, a instancias de su mamá, aplicando el inexistente Síndrome de Alienación Parental
Locas, sucias y putas. Un fiscal y tribunal resolvieron que una nena de 4 años fabuló un abuso sexual, a instancias de su mamá, aplicando el inexistente Síndrome de Alienación Parental

Un fiscal y un tribunal resolvieron que una nena de 4 años fabuló un abuso sexual, a instancias de su mamá, aplicando el inexistente Síndrome de Alienación Parental.
En criollo: un fiscal y un tribunal nos dicen que una mujer despechada (loca, sucia, puta) le llenó la cabeza a su hijita, para que diga que el papá la abusó.
No es la primera vez que la Justicia nos dice eso.
No es la primera vez que niñas y niños que padecieron abusos son ignoradxs.
No es la primera vez que madres de víctimas se animaron a ir a la Justicia y terminaron, ellas, en la mira.
A Feliciana Bilat, que mientras escribo esto responde preguntas asquerosas de colegas periodistas que ponen en duda su lucha, hasta le llevaron al juicio oral (por el abuso de su hija) como testigo a su primer novio, de cuando tenía 18 años, para que le cuente a todos cómo eran sus relaciones sexuales en aquella época.
¿Por qué?
Porque en ese juicio, como en otros juicios o investigaciones similares, iniciados por la lucha de madres que se animan a no callar, a pedir justicia, ya no importa la denuncia inicial, por el abuso contra una persona menor de edad, sino que se otorgan todas las posibilidades de bombardear la credibilidad justamente de esa adulta que acompaña a la víctima.
Entonces, en lugar de analizar los peritajes, de escuchar a las niñas y niños, surge que la mujer (madre de la víctima) no limpia la casa, que no se bancó la separación, que tiene relaciones sexuales del tipo sádico y que presenta trastornos de personalidad.
Despechada, loca, sucia, puta.
Y así, sin muchos rodeos, un fiscal en lugar de acusar pide absolver, y un tribunal hace lo propio.
“Me da vergüenza contarte las cosas que me hizo. Me molestó en las zonas íntimas”, le dijo la nena a un perito, en una parte del expediente judicial.
Pero el fiscal y los jueces de un tribunal la ignoraron.
De ese modo, la vuelven a victimizar.
El manual de la justicia que tenemos, misógina, machista y patriarcal.
Las veces que haga falta: las niñas, los niños, no mienten.
 
 

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