Turquía abandona la Convención de Estambul, produciendo malestar en la población femenina, al abrir las puertas a la violencia machista
Firmado en 2011, se había generado para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres, siendo el primer instrumento en el mundo que sirve de norma para erradicar la misma.
Diversas agrupaciones se manifestaron, saliendo a la calle para pedir que el presidente revoque su decisión de retirar al país del emblemático tratado internacional.
Por Daniel Héctor Saban*
@oct49
En 2020, se registraron 284 muertes de mujeres por motivos machistas en Turquía, según los datos de una ONG. El país ubicado en el sureste de Europa, había estado entre los primeros catorce que firmaron el acuerdo.
“Anula tu decisión, aplica el tratado”, coreaban miles de mujeres y hombres en el distrito de Kadikoy, en Estambul. Los manifestantes alzaron retratos de mujeres asesinadas, gritando consignas contra el Estado patriarcal. También en las ciudades de Ankara y Esmirna, se celebraron concentraciones menos multitudinarias.
En la concentración de Estambul, se reunieron unas 10.000 personas que expresaban, su fastidio con lemas cómo: ”¡todo asesinato de mujeres es un asesinato político¡”. Al tratar de marchar por las calles fueron interceptadas por la policía.
La Coalición de Mujeres de Turquía ha sostenido que no hay ningún día sin que las mujeres sean asesinadas o sujetas a la violencia machista. Mientras se produce esa situación el Estado mira para otro lado, alentando a los asesinos, a los abusadores y a los violadores de mujeres.
A pesar de los asesinatos cometidos en su país, Erdogan por decreto presidencial, retiró a su Nación del Convenio de Estambul, otorgando una victoria a los más conservadores y enfadando a la oposición y a miles de manifestantes. La decisión fue tomada y dada a conocer entre la noche del 19 y la madrugada del 20 de marzo, mediante un boletín oficial.
El tratado entró en vigencia en 2014, y la Constitución turca establece que los acuerdos internacionales tienen el carácter de fuerza de ley.
La plataforma feminista “Paremos los asesinatos de mujeres” eleva el número de asesinatos a 300, y añade otros 171 casos de mujeres muertas en circunstancias dudosas.
La noticia de la retirada de Turquía del Convenio es conmocionante y devastadora porque deja a las mujeres sin la protección acordada por el Tratado Internacional, según críticas generadas en la Unión Europea.
Nacho Sánchez Amor, relator del Parlamento Europeo por Turquía sostiene desde su Twitter que este es:”el verdadero rostro del gobierno turco actual: desprecio completo del Estado de derecho y disminución total de los derechos humanos”.
La decisión tomada por Erdogan busca contener las facciones más islamistas de su gobierno, iniciando la contienda contra el movimiento feminista. Es importante remarcar que cuando se firmó el convenio el actual presidente de Turquía era su primer ministro y fue su país el primero en suscribirlo, después de haberlo analizado durante un año y medio. Los firmantes, se comprometían a implementar reglamentos y leyes, para acabar con las agresiones en pareja, las mutilaciones genitales, los matrimonios forzosos y los crímenes de honor a la violencia sexual.
La esposa del presidente, Emine Erdogan y su hija Sumemeyye Erdogan Bayraktar, defendieron el pacto, al cual, durante el año pasado sectores de turcos ultraconservadores ya habían atacado. Los mismos proponían salir del Convenio considerando que el mismo tiene como objetivo final, acabar con la familia tradicional al hablar de “personas convivientes” en lugar de matrimonio y de “orientación sexual” en lugar de relaciones entre hombres y mujeres.
La organización de mujeres Kadem, que es conservadora y afín al gobierno, y que cuenta entre sus miembros a una de las hijas del presidente Erdogan, también expresó su disgusto por la decisión tomada en plena noche, señalando que la Convención de Estambul “jugaba un papel importante en la lucha contra la violencia”.
El Pacto señala que: “La violencia contra las mujeres y la violencia domestica representan en Europa una de las violaciones más graves de los derechos de la persona fundamentado en el género y permanece enterrado en un manto de silencio”.
Gökςe Gökςen, vicepresidenta del principal partido opositor, señaló que abandonar el tratado significa “mantener a las mujeres cómo ciudadanas de segunda clase y dejar que las maten”.
La fiscal alemana Sabine Krauter-Stockton, no considera que el anuncio del gobierno turco, produzca el retiro de otros países del convenio suscripto. Señala la autoridad que forma parte del grupo de especialistas que evalúan el cumplimiento sobre la erradicación de la violencia machista en Europa, que “Turquía no se retiró formalmente del convenio. El decreto presidencial, no es el instrumento válido, según establece el propio acuerdo”.
El convenio se halla suscripto por 34 países y el retiro de la nación turca no debiera producir un efecto considerable. La convención marca una importante señal por la cual tanto la violencia doméstica, cómo la rudeza contra la mujer resultan inaceptables.
El acuerdo europeo tiene el mérito de convertir la violencia en un acto público lo que antes era privado. Sabine Stockton tiene la esperanza de que “la retirada de Turquía no se lleve a cabo o que, en el futuro, el país que dio su nombre a la Convención vuelva a la misma”. Destaca finalmente el hecho comprobado que: “Durante los confinamientos, las mujeres que sufren violencia tienen que quedarse en casa posiblemente en las mismas habitaciones que su agresor, no pueden escapar, ni buscar ayuda”.
Las naciones han declarado, que se han visto obligado por las circunstancias de la pandemia, a destinar muchos recursos económicos para paliar los daños ocasionados por la misma, lo cual significa que existe un recurso más austero, para afrontar la lucha contra la violencia contra las mujeres.
No se dieron a conocer los motivos del retiro de Turquía, pero sus autoridades expresaron que efectuarán la protección de las personas de las mujeres, mediante otras leyes de carácter nacional. “Nuestras instituciones y nuestras fuerzas de seguridad seguirán luchando contra la violencia doméstica y la violencia contra las mujeres”, declaro el ministro de Interior, Süleyman Soylu.
Se sostiene que el pacto está dañando la estructura de la familia, fomenta divorcios, y fundamenta la decisión adoptada también en el argumento de que el colectivo LGBTI, se está introduciendo en la raza. Alegan que el texto promueve la homosexualidad, al describir” las personas que viven juntas” sin especificación de la necesidad de estar casados.
Organizaciones defensoras de derechos humanos y contra la violencia de género, se han expresado en contra y sostienen que el hecho podría ocasionar un aumento de casos de femicidios en el país.
“Antes teníamos confianza en el Gobierno y la policía, pero ahora no podemos confiar en ellos. No tenemos ninguna garantía. No hay un Estado, ni un policía detrás de nosotros que nos proteja”, declaró AyFer Morgic quien es manifestante y ama de casa.
Turquía se convierte en la primera nación en abandonar el pacto de manera oficial. Polonia en junio 2020, había anunciado a través de su ministro de Justicia que iba a iniciar los trámites para abandonar el acuerdo no concretándolo hasta el momento.
El principal partido opositor, el socialdemócrata CHP, anunció que presentará un requerimiento para anular la decisión de Erdogan, invitando a los 42 millones de turcas a que sean denunciantes en el juicio.
La líder provincial del CHP en Estambul, Canan Kaftancioglu ha sostenido que:”que veréis cómo conquistaremos de nuevo nuestros derechos que nos han sido usurpados con una operación de medianoche”.
(*) Columnista Diario Digital Femenino
danielhsaban@hotmail.com
