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SOBRE LOS QUE SE BAJARON DE LA MARCHA SIN HABERSE SUBIDO NUNCA

Los que se bajaron de la marcha sin haberse subido
Los que se bajaron de la marcha sin haberse subido

Algunos adujeron a las adhesiones dudosas, como las de Cecilia Pando o Marcelo Tinelli.   Otros  temieron el eco que los medios hegemónicos daban a la convocatoria, sin reparar en que los no hegemónicos daban rienda suelta al apoyo y a la participación amparándose en la legitimidad y justeza del reclamo.
Otros prefirieron invocar  “el olor a progre» de la convocatoria. Hubo un periodista que desde su perfil Facebook dijo que prefería luchar por las mujeres y no por los privilegios de las feministas (Quiénes y cuáles? Misterio),  porque con las mujeres –decía- iba a construir una sociedad para todos  y se perdió una marcha multitudinaria de mujeres y  de hombres comprometidos en la misma causa ese día en su país.
La pregunta es: ¿Cuánto de estos resquemores se deben a la ignorancia de no saber qué es el feminismo y cuántos a la mala fe de un machista consecuente? Porque  la aprehensión por el «olor a progre» es una excusa recurrente en ciertas personas, y creo que es también lo que ha hecho que con una ley muy buena para erradicar la violencia de género, los resultados hayan sido más bien flojos en  la  recepción, la contención y la reinserción social y laboral de las víctimas de estas violencias.
La marcha sirvió, sí, para que se anuncie formalmente la instrumentación de estadísticas oficiales sobre femicidios, porque  hasta ahora sólo teníamos cuerpos femeninos apilados en las morgues, coberturas mediáticas en su mayoría sexistas, ONG trabajando en el recuento no oficial  y la exasperación de un puñado de periodistas enfrentadxs a esta realidad. Ese puñado de comunicadorxs sintió la responsabilidad social y profesional de generar una  movida que terminó en la multitudinaria marcha del 3 de junio.  El periodismo de género jalonaba así un paso más en su laboriosa trayectoria por una comunicación inclusiva y no sexista en la Argentina. Pero no fue el único.
El feminismo es un espacio transversal en el que muchos partidos políticos encuentran expresión.  Hay también militantes feministas en el espacio kirchnerista,  aunque para algunxs esto sea difícil de digerir.  El principal obstáculo puede que sea el propio machismo en algunos casos y en otros esta idea tan arraigada según la cual primero hay que hacer una revolución y después ocuparse de las relaciones igualitarias entre hombres y mujeres, como si las dos cosas se opusieran o excluyeran.   El mundo cambió ya muchas veces  y sin embargo casi nada se ha movido en la organización patriarcal del poder, del  hacer, del decir  y del placer.  El “socialismo real”  se derrumbó y  el machismo le sobrevivió A los que aducen al todo para ignorar la parte (sobre todo la que les corresponde) les recordamos que la vida es ahora y la felicidad o la muerte también.
Para quienes pensaban bajito que los reclamos del movimiento de mujeres no eran  populares, creo que la masiva adhesión lo desmiente.  Las mujeres muertas por violencia de género son mayoritariamente pibas pobres, adolescentes violadas, niñas abusadas, mujeres sin medios de irse de su casa, con niños a cuesta y muchas veces, sin trabajo.   ¿No sería entonces más cuerdo y más coherente cargarse estas protestas al hombro, dejar de hacerse lxs muertxs en nombre del “anti-progre” y del “antifeminismo” y servir para algo bueno, noble y útil como combatir aquí y ahora la violencia machista, que construye un camino hacia la morgue todos los días? Las discriminaciones son múltiples y se cruzan –es cierto- pero quien sólo ve algunas termina por  olvidar en su inmovilismo condenatorio a todas.
En cuanto al hecho de que gente oportunista  se haya colgado a último momento de esta histórica concentración popular , nada justifica la no adhesión y la no participación de  compañerxs, que anunciaron en las redes bajarse de la marcha sin haberse subido jamás.
Tendríamos que terminar con los prejuicios y los pretextos que impiden asumir semejante situación y necesidad de cambio. Hay que dejar de ver al Movimiento de Mujeres como una amenaza, si estamos así es porque muchxs no quisieron escucharlo ni darle cabida  desde sus propias gestiones allí donde el prejuicio reina.  La tarea puede y debe ser común al Estado y a las organizaciones sociales: generar estrategias que se transformen en políticas públicas.
El feminismo es transversal porque la cultura machista también lo es. El feminismo no es una foto en negativo del machismo.   Y si no queremos que la oposición haga campaña electoral con las muertas de femicidios hay que seguir siendo parte de este movimiento plural y genuino para llevar el combate desde adentro y que cada unx defienda sus ideas y convicciones profundas de la mejor manera que pueda.
 

Adriana Pedrolo

Nacional, popular, zurda y feminista (-Oxímoron? -No, Oxígeno)
Miembro del Observatorio de la Discriminación  en Radio y TV y de la RIPVG-Argentina.

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