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Tambièn esto pasará tapa

La muerte y los sentimientos provocados ante la desaparición física de alguno de nuestros progenitores es el tema abordado en También esto pasará de Milena Busquets. Allí quien lee se suma al grupo ecléctico conformado por hijos, amistades, viejos y nuevos amores que acompañan a Blanca en el proceso de continuar con la vida a pesar del dolor de la pérdida.

 “El dolor y la pena pasarán, como pasan la euforia y la felicidad” le dijo su madre a Blanca tras la muerte de su padre. Pero ahora, a los 40 años, Blanca tiene que enfrentarse a la muerte de su madre e intentar convencerse de que también esto pasará.
Escribir sobre la muerte es tratar de responder preguntas cuya respuesta buscamos desde los principios de la humanidad. Con mayor o menor conciencia, crecemos y afrontamos la vida adulta sabiendo que en algún momento, más tarde o más temprano, tendremos que despedirnos de nuestras madres y padres, para entonces lidiar con sus ausencias. Así como hay distintas concepciones acerca de la muerte, los duelos siempre serán personales.
Milena Busquets escribió También esto pasará (Anagrama, 2015) pocos meses después de la muerte de su madre, la editora Esther Tusquets. Sin embargo poco importa quién es quién, la novela evoca la complejidad de la relación entre una madre y su hija, en la que la enfermedad de la primera -que la llevará inevitablemente a la muerte- instala nuevos obstáculos en la interacción y la convivencia con su hija.
A diferencia de Nada se opone a la noche (Anagrama, 2012) donde Delphine De Vigan reconstruye la historia de vida de su madre tras encontrarla muerta, Busquets se centra en el duelo de esa hija que a sus 40 años todavía reniega de la adultez y busca encontrar algún tipo de equilibrio en su vida tras la marcha de esa mezcla de bruja burlona y hada patosa que dejó su mundo patas para arriba.
La mayor parte de esta crónica de un duelo ocurre en Cadaqués en la que fuera la casa materna, a donde Blanca decide instalarse para pasar unos días rodeada de sus hijos, sus amigas más cercanas, sus dos ex maridos, otros amigos, viejos amantes y nuevas conquistas.  Y los recuerdos intermitentes de esa madre cuyo cuerpo reposa ahora en el cementerio del pueblo donde vivió feliz.
La novela es una reflexión sobre las relaciones humanas pero también un manifiesto sobre la libertad y el amor en todas sus posibles manifestaciones. Aunque quizás la mejor definición sea la que dio la propia autora en una entrevista: esta obra es, a la vez, una “carta de amor” y un “homenaje”.

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