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En el Día de la Mujer Yanina sigue reclamando justicia. Fue detenida embarazada de 6 meses, acusada de abandono de persona seguido de muerte a su hija Lusmila, de 2 años. Permaneció en la unidad 33 de Los Hornos hasta que obtuvo la prisión domiciliaria en Diciembre del año pasado.

En el día de la mujer: Yanina sigue reclamando justicia
En el día de la mujer: Yanina sigue reclamando justicia

Por Verónica Gonzalez [1]
Así cerró el juicio luego de 4 días de testimonios y alegatos, con Yanina haciendo uso de la palabra pidiendo tímida pero firmemente: “Justicia, justicia para mi hija”.
Parece un deber de los funcionarios y funcionarias encargados de llevar a delante la investigación del crímen de su hija Lulú, algo incipiente porque era más sencillo condenar a su madre, una joven con discapacidad intelectual, víctima de violencia y pobre. El asesinato sigue impune y al acusar a la madre de abandono de persona seguido de muerte, la muerte termina siendo consecuencia del abandono de persona y no del perverso padrastro de la nena que la molió a golpes y amenaza impunemente a toda aquella mujer que se atreva a declarar a favor de Yanina, o a favor de esa beba que tuvo una muerte horrible a manos de él, Alejandro Fernandez.
Varios testigos declararon que Yanina sufrió violencia toda su vida, pero a la fiscal Carolina Carballido Calataiud, “Especializada en violencia de género”, no le consta. Tampoco le consta que Yanina tenga una discapacidad intelectual  a pesar de las pericias, será que acaso la funcionaria conoce la convención sobre los Derechos de las Personas con discapacidad ratificada por nuestro país mediante ley 26378 y con rango constitucional desde el año pasado? Este tratado internacional establece que se debe proveer de apoyos a las personas con discapacidad. Qué es un apoyo? Alguien que ayuda a una persona con discapacidad a hacer determinada tarea: levantarse de la cama si la persona tiene discapacidad física, leer un texto si la persona tiene discapacidad visual, explicar en lenguaje sencillo un escrito judicial si tiene discapacidad intelectual. Yanina necesitaba, como otras veces, que alguien la acompañe a llevar a su hijita al médico. Consta en el expediente que el padre de lulú la acompañaba a llevar a la nena al médico porque a Yanina le costaba hacerlo sola. Esto es porque era tímida? O porque no quiso hacerlo? No, señora fiscal, es porque una de las consecuencias de la discapacidad intelectual es la dificultad en el pensamiento abstracto y también para relacionarse con personas, como el personal de salud que suelen subestimar y maltratar a las personas con discapacidad, puntualmente a las mujeres, presuponiendo que no cuidamos de nuestros hijos.
Los apoyos habitualmente los brinda la familia y los amigos, pero es deber del Estado hacerlo y  que no lo haga no puede ser motivo de condena para una persona con discapacidad. En su alegato, la fiscal enunció que González tenía todas las herramientas para llevar a su hija y deslizó varias veces que las o los integrantes del Gallo Rojo, “que declararon fuera y dentro del tribunal”, podrían haberse ocupado de llevar a la nena al médico así como se ocuparon de estar los 3 días en el juicio”. La estrategia que siguió durante todo el juicio, desacreditar a quienes integran el Centro Comunitario que hace lo que el Estado no hace, brindar apoyo y contención a víctimas de violencia. Durante todo el juicio, se puso en duda el rol de las educadoras comunitarias y hasta se le preguntó a una integrante, con bastante morbo, cómo vio a la nena en el cajón. No alcanzó con las fotos a todo color brindadas por el médico que había declarado el día anterior?
Custodia para algunas
La señora fiscal, comenzó su alegato en el juicio oral y público, que tuvo lugar en una sala pequeña con 6 personas entre público y prensa, molesta por el rol de la prensa que habría filtrado información sesgada. Manifestó haber sufrido amenazas en su hogar, por lo que debió contar con custodia policial. No tuvo la misma suerte Natalia, ex mujer de Fernández que denunció haber sufrido amenazas hacia su persona y a sus hijos por parte del presunto femicida.  Fernández, ya había reboleado a su hijo de 2 años cuando eran pareja. Llorando, pidió custodia a la fiscal y esta se la negó, diciéndole que haga la denuncia en la fiscalía de turno. Otra denuncia, como la que hizo Yanina al papá de Lulú sin resultado alguno, un factor que no considera Carballido al afirmar que no le consta la violencia que sufrió Yanina toda su vida.
Así, Alejandro Fernández continúa diciéndoles a las chicas del barrio frases como: “Vos tenés una hija, no?, le va a pasar lo mismo”. El sigue libre y las víctimas de las amenazas, corriendo riesgos.
Funcionaria funcional
La defensora de Yanina, Gabriela Conder, manifestó en su alegato que pide la nulidad del proceso porque las actitudes de Yanina no concuerdan con la figura de abandono de persona. Además, al haberse ocultado a la defensa el hecho de que había una causa por homicidio cuyo imputado es Alejandro Fernández, se violó el derecho a la defensa, por lo que solicitó se eleven las actuaciones al ministerio público para evaluar si hubo estafa procesal.
Introdujo además, cuestiones de violencia de género y derechos humanos de las personas con discapacidad, manifestando que en ese círculo de violencia Yanina no pudo ser la garante de la vida de su hija, siendo ella también víctima.
Cabe señalar, que la causa contra Alejandro Fernández, que no se investiga en el mismo juzgado que interviene en la investigación contra Yanina, no está caratulada como femicidio vinculante, sino como homicidio, lo cual resulta nuevamente, como la prisión preventiva de Yanina, como la falta de custodia  para quienes se animan a declarar, funcional al violento.
A Yanina la sostienen sus pares
El juicio se desarrolló con una gran presencia de mujeres, integrantes de organizaciones sociales pidiendo Libertad para Yanina y justicia para Lulú. Ni el fuerte operativo policial, policías hombres que el último día golpearon con palos, ni la restricción de una sala pequeña que impide el ingreso de quienes quisieran acompañar a Yanina, ni la lluvia que cayó el día de los alegatos, logran amilanar a esas mujeres que golpean los bombos y gritan muy fuerte para que se escuche en el tercer piso. Eso molesta. Pero qué habría sido de la vida de Yanina sin ellas? Sin una mujer como Carina que la recibió en su casa para que pueda contar con la prisión domiciliaria, conociéndola poco, pero con la fuerte convicción de la injusticia tremenda por la que atravesaban Yanina y Tiziana, la beba nacida en prisión.
En la casa de Carina son muchos, pero siempre hay lugar para una más y todos, incluso los hijos chicos de Carina se dan a la tarea de hacer sentir a Yanina en familia.
Emociona verlas, ver la fuerza con la que piden justicia para Yanina, una justicia que parece ensañarse con una mujer pobre, víctima de violencia por parte de una madre que la abandonó, un padre y un hermano que la golpeaban y que poco se ocuparon de su formación, parejas violentas y ahora la justicia patriarcal que parece, como dice su abogada, estar ciega de género.
 



[1] Verónica González es periodista especializada en discapacidad, diplomada en periodismo de género por el Instituto José Martí.
Es la responsable de la columna sobre discapacidad de Visión 7, integra la Red Internacional de Periodistas con visión de Género y preside la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad.
 

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