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Introducción
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Vínculos positivos. “Pausa. Vamos de nuevo"
Vínculos positivos. FlacsoUnfpa

Mantener relaciones interpersonales libres de violencias y vínculos positivos con otras personas, son factores clave para la salud y el desarrollo integral de las y los adolescentes.

En la vida cotidiana las y los adolescentes construyen y mantienen distintos tipos de vínculos con las personas: familiares, amistosos, basados en interés romántico-sexual, etc., y en todos ellos pueden presentarse distintos grados y formas de violencia que es importante ayudarles a identificar y a afrontar adecuadamente.

Hablamos de vínculos positivos cuando los mismos se basan en: el respeto, el afecto, la posibilidad de expresar opiniones, sentimientos y emociones, la solidaridad, la empatía, y son libres de todo tipo de coerción y manipulación. Estos vínculos enriquecen la vida de las personas e impactan en forma positiva en su bienestar.

Por lo contrario, hablamos de vínculos violentos cuando se expresan a través de los diversos tipos de violencias y afectan psicológicamente a las partes, provocando sentimientos negativos y confusos.

En estos últimos, la violencia se expresa de modos diferentes, a veces más sutiles que otros, y generalmente, se escala de forma progresiva, pudiendo ir desde la violencia psicológica (manipulación, coerción, agresiones verbales, control, etc.) hasta el uso deliberado de la fuerza física o el poder (en grado de amenaza o de manera efectiva contra otra persona), y causar o tener probabilidad de causar daños psicológicos, trastornos del desarrollo, privaciones, lesiones o inclusive la muerte.

Dichos vínculos violentos siempre se dan en una relación donde el poder es un elemento clave, y se presenta con una complejidad que es necesaria atender, considerando tanto a quienes ejercen la violencia, como a quienes la sufren o resisten.

La violencia y los vínculos violentos, son un comportamiento aprendido como producto de la interacción social del individuo con su medio. Por tal motivo, hay mucho que las y los docentes e instituciones educativas hacen y pueden hacer desde sus prácticas diarias (currículum explícito y oculto) para promover vínculos positivos y prevenir la violencia. Por ejemplo, a través de:

  • el trato cotidiano que brindan al estudiantado,
  • el tipo de comunicación y los vínculos interpersonales que promueven,
  • las formas de resolver los conflictos y las modalidades disciplinarias que aplican,
    el respeto por la privacidad e intimidad,
  • el respeto por el propio cuerpo y el de las otras personas,
  • la igualdad de oportunidades que brindan para varones y mujeres, etc.

Además de promover vínculos positivos, las y los docentes y las instituciones educativas tienen un rol clave en contribuir a que las y los adolescentes puedan visibilizar la violencia que puede estar naturalizada en los vínculos que establecen, y ayudarlos a incrementar sus capacidades para identificar y prevenir este tipo de situaciones.

Por este motivo, es necesario analizar y reconocer los signos de alerta para actuar y anticipar mayores problemas.

Los vínculos violentos suelen expresarse cuando:

  • Se controla lo que hace la otra persona, exigiendo explicaciones.
  • Se controlan los dispositivos digitales o cuestionar su uso.
  • Se controla presencialmente, o a través de llamadas o mensajes constantes para constatar su ubicación, contactos y accionar.
  • Se manifiestan celos ante otras personas por fuera de la relación, sean amistades, familiares o compañeras/os.
  • Se aísla, prohibiendo la asistencia a determinados lugares con otras personas
  • Se niega conversar o discutir tranquilamente frente a situaciones que afectan la relación.
  • Se acciona violentamente frente a situaciones cotidianas.
  • Se actúa defensivamente, responsabilizando y culpabilizando por reacciones violentas personales.
  • Se amenaza a la otra persona con el abandono (e inclusive el suicidio), con el objetivo de mantener la relación de control.
  • Se menosprecia / desvaloriza públicamente a la otra persona.

Los vínculos positivos exigen, por el contrario, un trato respetuoso, basado en los derechos, que promueva el crecimiento personal de cada una de las partes, generando responsabilidades y aceptación de las características individuales, que más que perjudicar el relacionamiento, lo fortalecen… Seguir leyendo.

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