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Introducción

Con ocasión de la celebración de los cuarenta años de la publicación del libro de Gustavo Gutiérrez (1972), Teología de la liberación: Perspectivas, surge la pregunta por la teología feminista latinoamericana en esta perspectiva liberadora y los desafíos que se presentan actualmente.

Por Consuelo Vélez*

Como punto de partida cabe destacar que la urgencia de la realidad sociopolítica y económica que marcó la teología de la liberación mantuvo “invisibilizada” la realidad de la mujer hasta una década posterior. “La experiencia de Dios en el pobre y el oprimido” –punto de partida de la teología de la liberación–, no contemplaba la cuestión de género y, más aún, se pensaba que está cuestión podría distraer este quehacer teológico de lo fundamental: “el pobre”. Sin embargo, desde dos frentes distintos, por una parte, la incidencia de los movimientos feministas[1] a nivel global y, por otra parte, la incursión de las mujeres en la reflexión de la teología de la liberación[2], se fueron abriendo caminos de inclusión de la mujer hasta llegar a formular tal teología como “teología feminista latinoamericana”. Sobre este camino y sus desafíos pendientes nos ocuparemos a continuación.

Caminar teológico feminista latinoamericano[3]

La teología feminista latinoamericana se fue gestando en diversos encuentros realizados en el continente. El primero podemos situarlo en México, el Congreso de Tepeyac, en 1979, con participación de mujeres de distintos países y diversas afiliaciones religiosas. La reflexión teológica se concentró en los esfuerzos de las mujeres por ser actoras/sujetos. En 1984, impulsado por la comisión de mujeres de ASETT (Asociación ecuménica de teólogos/as del Tercer mundo), se realizó en Bogotá otra reunión con el objetivo de planear diversos encuentros locales y continentales que impulsaran el trabajo teológico de la mujer. En 1985, en Petrópolis (Brasil), se llevó a cabo el primer encuentro sobre el Tema “La Mujer en las iglesias cristianas”. Aquí se concluyó que el punto de partida de la reflexión teológica hecha por mujeres, era la experiencia de opresión de la mujer y su experiencia de fe. Se tomó conciencia que la maternidad no es el único aspecto para valorar a la mujer porque ella es también “mediadora del Espíritu”. Se denunció el mundo patriarcal que limita a las mujeres al ámbito privado exaltando las cualidades atribuidas a la mujer tales como la sensibilidad, imaginación, intuición, mientras los varones están destinados para el ámbito público donde aparecen como seres racionales, objetivos, forjadores del futuro.

En 1986 se realizó, convocado por ASETT, el “Primer encuentro Latinoamericano de Mujeres Teólogas en Argentina, donde además de otros temas como espiritualidad, cristología, Dios, María, etc., se comenzó a hablar de la opresión de género que hasta ahora no se había considerado en la teología de la liberación. Se tomó conciencia de que la opresión sociopolítica no era suficiente para pensar en la igualdad genérica. Por eso se vio necesario introducir la perspectiva de género.

En el mismo año se realizó el “Segundo Encuentro sobre la producción teológica femenina en las iglesias cristianas”, convocado por el programa “Mujer y Teología” del ISER (Instituto de estudios de la religión). Hasta entonces se hablaba de teología femenina o teología hecha por mujeres porque se daba una mutua desconfianza entre las feministas y las teólogas. Las primeras veían en la institución eclesial una de las causas de la opresión de la mujer y, las teólogas, siguiendo el espíritu liberador se centraban más en lo socioeconómico partiendo de la mujer doblemente oprimida en razón de su condición socioeconómica y su sexo. Desde esta clave se realizaba el trabajo teológico viendo en el Dios liberador al Dios que se solidariza con los oprimidos y oprimidas, rescatando el papel de las mujeres líderes en la Biblia y que contribuyen a la liberación del pueblo y también el de aquellas que pasan desapercibidas o son sacrificadas, siendo inocentes, víctimas del sistema patriarcal… seguir leyendo AQUÍ

Ilustración: Luiza Tomita

(*) Doctora en Teología. Coordinadora de la Comisión de Teología Feminista de la ASETT, Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia. País de origen: Colombia. E-mail: velez@gmail.com.

[1] En sentido amplio por feminismo entendemos el movimiento social que lucha por todos los derechos de las mujeres. Para un estudio más detallado de la teoría crítica feminista Cfr. Amorós, 1998.

[2] “Desde su inicio, la teología feminista hecha desde las mujeres latinoamericanas adoptó como principio central la vida de los pobres y oprimidos, situándose, consecuentemente, dentro de los cánones de la teología de la liberación. La reflexión teológica de las mujeres latinoamericanas concentró sus esfuerzos en las experiencias transformadoras de los grupos socioeclesiales donde los temas sociales y personales interactúan y se complementan entre sí, como es el caso de las mujeres”. (TEPEDINO; AQUINO, 1998, p. 14).

[3] Seguimos fundamentalmente los aportes de Tepedino; Aquino, 1998, p. 15-40

Artigo publicado no Mutirão (Minga) Temático de Revistas de Teologia Latino-americanas, organizado pela Comissão Teológica Latinoamericana da ASETT/EATWOT (Associação Ecumênica de Teólogos/as do Terceiro Mundo), para 2013.

Fuente para DDF: María de los Ángeles Roberto
@lascorrectoras

Ilustración de portada: TEPALI

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