Nacer mujer en cualquier fecha de este patriarcal calendario sigue siendo un desafío. Hacerlo por el 1650 una invitación a sostener mandatos más allá de cualquier otro deseo. Juana Inés supo atreverse a su época, logró encontrar intersticios para formarse y para lanzarse a la lectura. Ella, a la que le han dicho «que ninguna mujer debería afanarse por aprender de ciertos temas filosóficos», supo alzar su pluma con hidalguía frente al obispal anillo. Ni los púrpuras designios abatieron la altura de su verso. Su hábito novicia fue su puente y no su celda. De cofia rebelde su verso urgente. De velo deseante sus dedos y tintas.
Por Emiliano Samar*
para Diario Digital Femenino
Nacer mujer para escribirse a sí mismas en letras de otras, de damas, de aquellas, de enredadas en amores, de sílabas partidas y rimas desarmadas.
Juana Inés supo ser de la Cruz y de ese modo ser solo de ella y su escritura.
Entre sus obras se destaca Los empeños de una casa, considerada una de las mayores obras de toda la literatura novohispana. Se representó por primera vez el 4 de octubre de 1683. Aquí en Argentina, recién en 2023. Quizá trescientos cuarenta años fueron necesarios para poder adentrarnos en la profundidad de la pieza.
Que nuestro país cuente con una compañía nacional de teatro clásico es un acto contracultural en un presente donde las cosas ya no pinchan y las imágenes se mueven con el desliz de un dedo en la pantalla. Lo efímero del instante, la supremacía de la imágen y la cruel incertidumbre de la post verdad se contraponen con el tiempo ritual que el verso ofrece cada semana en el Centro Cultural de la Cooperación. Poder espiar por un rato la casa creada por la autora y la complejidad de la trama es respirar otro tipo de velocidad, es toparse con la necesaria urdimbre del teatro en el momento exacto en que se tejerá la acción y se saltará de la literatura al cuerpo. La puesta en escena de Santiago Doria da cuenta de su preciso conocimiento del verso, de su artesanal sabiduría para ajustar las piezas del reloj. Actrices y actores se calzan el traje de manera solvente y audaz, saltando a la red que propuso Sor Juana, la que se teje en enredos y se duele en amores desencontrados. Esos que se intuyen a tientas, en la penumbra de un guante equivocado y una tela que oculta desafiante el género trastocado del deseo.
Elegir esta autora maravillosa y única en este presente obstinado por entenderse líquido es un gesto que traza una línea en el tiempo, es darle voz a aquella mujer valiente para que se vuelva hoy un grito de inteligencia y libertad. Conmueve su genio entre tanto necio de este siglo. Y ellos, los artistas que cada semana lo encarnan, nos abren el templo más humano de la no santa, el de ella, la peor de todas.
Podés verla en Buenos Aires, en el Centro Cultural de la Cooperación, todos los jueves a las 20 h.
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Autoría:
Sor Juana Inés De La Cruz
Versión:
Santiago Doria
Actúan:
Irene Almus , Mateo Chiarino, Andres DAdamo , Mónica D’Agostino , Maia Francia , Jorge García Marino, Fabián Pandolfi, Francisco Pesqueira , Jazmín Rios.
(*) Columnista de Diario Digital Femenino
@emilianosamar
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