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Rita Segato: las mujeres somos un peligro para los intereses del capital…

Días atrás, durante la Cumbre del G7, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, logró sacar la palabra “aborto” de la declaración final. En el documento, los países se comprometen a “seguir promoviendo la salud y los derechos sexuales y reproductivos integrales para todos, y a promover la salud materna, neonatal, infantil y adolescente”, pero no mencionan la palabra “aborto”, que sí estaba presente en la declaración del año pasado en Hiroshima.

Por Celeste del Bianco

En Brasil, un grupo de diputados de ultraderecha consiguió que la Cámara Baja tramite un proyecto de ley que equipara el aborto a partir de 22 semanas con el homicidio, incluso en casos de violación. En ese país, está vigente una ley de 1940 que autoriza la interrupción del embarazo si hay riesgo de vida para la mujer, si fue violada o el feto tiene malformación cerebral, sin restricciones de tiempo para practicar el procedimiento. Un derecho que se restringiría si se aprueba el proyecto de los legisladores que responden al expresidente Jair Bolsonaro, que proponen calificar como “homicidio simple” al aborto después de la semana 22, incluso en casos de violación, con una pena de seis a 20 años.

En Estados Unidos, después del fallo de la Corte Suprema que en 2022 eliminó la garantía federal del derecho al aborto, el tema toma aún más relevancia en la campaña para las presidenciales de noviembre. Además, en abril pasado el Tribunal Supremo de Justicia de Arizona restauró una ley de 1864 que prohíbe totalmente el aborto en el territorio, a excepción de los casos en que la vida de la persona gestante corre peligro.

Medidas recientes que forman parte de un contexto mayor de ataques en aumento en el mundo contra el derecho de las mujeres. Frente a esto, la antropóloga e intelectual Rita Segato se hace una pregunta: ¿Cómo se entiende que todos los sectores políticos que apoyan un proceso de acumulación y concentración de riqueza extrema son contrarios a que una mujer haga un aborto?elDiarioAR conversó con la referente feminista para comprender y analizar el momento que viven las mujeres y diversidades en Argentina y el mundo.

Rita Segato: “Las mujeres somos un peligro para los intereses del capital y ellos lo entendieron antes que nosotras”
Rita Segato: “Las mujeres somos un peligro para los intereses del capital y ellos lo entendieron antes que nosotras”

–¿Cómo evalúa estos primeros seis meses del gobierno de Javier Milei?

–Cómo fue actuando el Gobierno me doy cuenta que la animadversión, en la cual todo este tipo de gobierno que ha surgido y que lentamente están mostrando un perfil muy claro no solamente en Argentina sino en otros países del mundo como España e Italia, confluye en una rara confluencia en el destrato y la antipatía hacia la reivindicaciones de las mujeres. Eso es una característica general de estas nuevas derechas. Ni siquiera son las derechas tradicionales, son derechas que tienen características peculiares del presente y que aúnan en esta antipatía hacia las mujeres que proponemos cambios, que proponemos una transformación de la sociedad y una lucha contra el poder patriarcal. Eso es no solamente Milei sino que es un movimiento de las nuevas derechas en el mundo.

–¿En qué se basa esa confluencia?

–Eso hay que intentar entender, yo he hecho algunos esfuerzos para comprender por qué de repente se congregan todas, se aúnan. Tienen un acuerdo curioso, difícil de entender. No sé si lo interesante es decirte el resultado de mi reflexión, sino que lo más interesante es proponer, decirle a la gente que perciba lo curioso que es, lo difícil de entender qué es que todos los sectores políticos que apoyan un proceso de acumulación y concentración de riqueza extrema como está haciendo en esta época de la historia, todas esas fuerzas son contrarias a que una mujer haga un aborto. Es una pregunta que toda persona que tenga curiosidad por la política y la economía debe darse cuenta de que ahí hay una pregunta importante que es difícil de responder. Dan una centralidad en su prédica política y se aúnan ahí y convergen en el esfuerzo por impedir que una mujer que no puede ser madre en un determinado momento consiga abortar. Yo más que la respuesta, me gustaría dejar la pregunta: ¿Qué está dicho ahí?, ¿Qué es lo que expresa esa convergencia?. 

–¿Cómo se puede pensar esa pregunta? 

–Hay algo en esa mancomunación de lucha contra ese simple hecho que es realizar un aborto. A mí no me convence la razón moral, no me convence la razón religiosa. Ahí se manifiesta un interés mucho más relevante, posiblemente producido por thinks tanks con grupos de asesores de altísimo nivel que dicen que contener, reprimir, interceptar el movimiento de las mujeres es fundamental para proteger el poder. Nos están diciendo algo absolutamente interesante y no nos estamos dando cuenta de que esos sectores, que son a favor de la acumulación y la concentración de la riqueza, nos están diciendo que nosotras, las mujeres, amenazamos. Que nuestro movimiento pone en riesgo el edificio de todos los poderes.

–¿El movimiento feminista es una amenaza para esos poderes?

–Eso es lo que debe ser leído en ese arrebañamiento acelerado. Arrebañamiento de gente en la calle para decir lo que ni siquiera entienden porque a la segunda pregunta de un periodista no saben responder. Es gente arrebañada “por la vida” que no sabe lo que significa y cuando se le pregunta no sabe responder.

Es muy muy fácil derrumbar el argumento de “por la vida”, facilísimo. Porque si vamos a defender la vida hay que hacerlo en todo lugar: en el niño migrante que quiere llegar a destino al otro lado del mar, en el niño abandonado que no tiene un plato de comida, que no tiene un remedio para curarse de sus enfermedades, que no tiene quien lo proteja contra la guerra. No solamente cuando la vida se encuentra en un feto todavía sin autonomía, ni siquiera la autonomía del libre arbitrio, o sea, en una panza de mujer. Si se defiende la vida solamente ahí no estoy creyendo, no lo puedo creer. Si se defiende la vida en todo lugar ahí lo creo.

–¿Cómo debe leerse esta idea de salir a la calle “por la vida”?

–Hay un miedo, un desasosiego, con el que se han puesto esas rebaños en la calle para frenar el avance de las reivindicaciones de las mujeres. El desasosiego es sospechoso, manifiesta que se ve un peligro ahí, un peligro para sus intereses, para lo intereses de los sectores que respaldan, que apoyan y promueven la acumulación y la concentración de la riqueza. Eso es lo que hay que entender porque ellos lo han entendido antes que nosotrasLa propuesta es grande para los dueños del mundo porque si no no habría semejante conjunción, aunamiento y convergencia en el intento de reprimir, de obstaculizar nuestras solicitaciones, nuestros pedidos, nuestras reivindicaciones. Hay un desasosiego raro, hay una inquietud rara que no se entiende porque no es fácil entender en que un aborto libre perjudica el capital. Es muy difícil entender eso, es una pregunta fundamental porque ahí conocemos como el poder entiende nuestra acción y reacciona contra ella.

-¿Cómo evalúa el accionar de los feminismos en este contexto?

-Los feminismos a lo largo de toda su historia, yo no hablo de ondas en el feminismo, no me gusta cortar un periodo que tiene casi 80 años, ha producido reflexión. En algunos momentos desde el larguísimo período de reflexión han habido salidas a la calle, como últimamente las hay, y luego han habido flujos y reflujos de la salida y de la toma del espacio público en marchas callejeras. Hay momentos en que la lucha se da a través de esas marchas y, otros momentos, en que sigue una gran profunda y sofisticada reflexión del pensamiento feminista. Entonces así es nuestra marcha. Las mujeres saben, piensan, conocen, se comunican y, cuando es necesario, salen. Ahora hay un momento de gran perplejidad. No solamente por parte de la mujer, sino por la sociedad en general y eso también hay que entenderlo y es muy difícil de entender. Creo que de tanto repetir consignas hemos parado de pensar, hemos parado de mirarnos al espejo que nos ofrece la realidad para ver en qué nos equivocamos. ¿Qué errores, qué descuidos, que falla de lectura hemos cometido para que en la realidad política del país sea como es en ese momento? (El Diario Ar).

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