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El término no es nuevo, pero de a poco comienza a ser tenido en cuenta como una conducta que debe ser frenada. Sharenting, palabra inglesa que proviene de la unión de las palabras share (compartir) y parenting (parentalidad), se refiere a la práctica que hacen las personas adultas de compartir fotos de sus hijas e hijos en internet y las redes sociales. En español se la puede traducir como sobreexposición y de la mano del crecimiento exponencial de las redes sociales, esta conducta se vuelve cada vez más invasiva.

Por María Inés Alvarado*
para Diario Digital Femenino

Cada bebé que nace empieza a gestar su huella digital desde la primera foto que le toman y sus progenitores suben a las redes. De esta manera, comienzan un camino cargado de riesgos que estas prácticas suponen sin que haya una real conciencia por parte de las personas adultas. No solo se va desarrollando la huella digital que le va a permitir tener un rastro en su recorrido como usuario de internet, sino que las publicaciones pueden transformarse en material para redes de pornografía infantil, promover el grooming, el ciberacoso, el ciberbullying y el robo de identidad o de datos personales.

La fundadora y directora de la organización civil Chicos.net, Marcela Czarny, explica que, “si bien las redes sirven para acercar a la gente, comunicarse y expresarse, vienen acompañadas de problemas encubiertos”. Para agregar luego que, Lo que se sube a internet ya no es de nadie”, por lo que se hace necesario tomar conciencia acerca de la huella digital dado que, cuando las imágenes de los hijos son compartidas en redes, ya dejan de tener dueño y se pierde el manejo sobre ellas.

¿Quién protege a las niñeces en redes sociales?
¿Quién protege a las niñeces en redes sociales?

En el artículo académico de la Doctora en Ciencias Jurídicas y en Ciencias de la Educación Bibiana Nieto, llamado El sharenting y los derechos personalísimos del niño en Argentina, se analizan y comparten las consecuencias de compartir información e imágenes de hijos e hijas en redes sociales, que pueden ir desde el secuestro digital o robo de identidad, hasta la pedofilia, pasando por riesgos emocionales que ponen en riesgo los derechos personalísimos de las niñeces, tales como la intimidad, la imagen y el honor, además de vulnerar el derecho a la identidad y a la integridad personal, dado que al subir imágenes a Internet, se pierde el control sobre esas fotos y datos, persistiendo el potencial peligro de quedar para siempre en la web.

Como cualquier otro tema de vulneración de derechos, este también puede y debe, ser abordado desde la ESI. En la publicación Shareting y ESI: ¿lo pensaste alguna vez?, de la ONG Faro Digital se promueve pensar el tema desde el consentimiento, teniendo en cuenta justamente que la representación en imágenes del propio cuerpo forma parte también del cuidado y respeto que cada persona hace sobre su sí misma. Compartir secretos, intimidades, imágenes íntimas o momentos privados es no respetar los derechos de las infancias, quienes tienen que poder decidir”, agrega el informe para luego explicar que “a partir de la adolescencia la difusión no consentida de imágenes íntimas es una de las principales violencias de género experimentadas por las adolescencias”. Generar instancias de diálogo entre la escuela y las familias, en el marco de la ESI es una instancia para ayudar a tomar conciencia sobre estos actos que previenen daños no deseados ni buscados.

¿Quién protege a las niñeces en redes sociales?
¿Quién protege a las niñeces en redes sociales?

Tanto Faro Digital como Pantallas Amigas son sitios donde se pueden buscar materiales para trabajar acerca de buenas prácticas sobre shareting responsable:

  • No compartir fotos en forma sistemática, sino de manera esporádica.
  • Configurar la privacidad de la cuenta para evitar que la información llegue a personas desconocidas.
  • A medida que crecen, dialogar sobre el uso que se hace de esas fotos, explicando los riesgos que se corren si no se tienen en cuenta las medidas de seguridad.
  • Respetar el derecho a la intimidad y consensuar sobre sus deseos de publicar o no imágenes donde aparezcan.

La Fundación ANAR, Ayuda a niñas, niños  y adolescentes en Riesgo, también posee una Guía titulada Por un sharenting responsable con una serie de consejos para proteger a hijos e hijas en internet y redes sociales, entre los que figuran, por ejemplo:

  • Pedirle permiso a hijos e hijas acerca de lo que quieren o no que sus progenitores suban a redes sociales y así poder «censurar» aquellas imágenes que no quieran que sean compartidas.
  • Leer y entender las políticas de privacidad de las redes sociales a las que se suben las fotografías.
  • Pensar en el futuro y como se podrán sentir cuando vean fotos que no eligieron subir cuando eran menores.
  • Compartir la información bajo el anonimato y pixelar las caras de hijos e hijas menores de edad para respetar su privacidad.

Las redes sociales no son espacio para menores de edad, por lo tanto, la lucha por la privacidad infantil y las consecuencias de una identidad digital forjada sin consentimiento debería ser una responsabilidad compartida por todos los sectores que protegen a las niñeces.

(*) Docente, comunicadora. Co-directora de La ESI en juego.
Columnista de Diario Digital Femenino – De ESI Sí Se Habla

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