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Hace varias semanas el estreno de una película, sobre una muñeca muy conocida viene tomando mucha repercusión y no solo en las carteleras de cine, sino en los medios y en la sociedad. Mucha gente concurre a las funciones vestida del color característico que usa la muñeca, el color rosa. Sin embargo se abre un debate particular en función de la mirada actual que se tiene sobre la muñeca, el feminismo y el particular color rosa usado por hombres, mujeres u otros géneros.

Por Diego Oscar Ortiz*

Con respecto al tema de la desigualdad de género, una explicación didáctica que se daba en algunos talleres que se brindan sobre cuestiones de género y socialización genérica, es diferenciar que cuando nacían niños, sus progenitores le compraban ropa de color celeste y cuando nacían niñas, le adquirían ropa de color rosa. Ambos son simplemente colores pero desde ya impuestos en razón del género, ahora si el tema en cuestión sabemos que no es el color sino el significado o connotación que se le da a los mismos. Un significado que podría poner en desmedro o subordinación a un género por encima de otro. Este debate hasta hace unas semanas parecía estar superado o trillado como contenido de los talleres. Sin embargo resurge con esta propuesta cinematográfica, de una directora galardonada por sus películas (Mujercitas, Lady Bird) y con una actriz protagonista de renombre, entre otras cosas, nominada como mejor actriz a los premios Oscar por su papel en la película “Yo Tonya”. No obstante lo llamativo es que el debate no es sobre el contenido del film sino por la sensación que provoca.

Algunos interrogantes que pueden ayudar a comprender la complejidad del tema son: ¿Qué pasaría si todos fuéramos el cine vestidos de color celeste sería lo mismo que ir con atuendos de color rosa?, yo creo que no, el impacto no sería el mismo y ahora tendríamos que preguntarnos el porqué, ¿Qué nos pasa con el color rosa?, ¿ El color está asociado a una determinada mujer, a ciertas características o a un determinado pensamiento sobre el color?, ¿ Esto se relaciona con el tipo de violencia simbólica?.

No es una rareza que mucha gente fanática del cine y de sus protagonistas concurran con atuendos alusivos a las películas que van a ver. Cuando en Argentina se realizan festivales de cine de terror, muchas personas concurrentes van caracterizados como personajes de las películas. En otros países, niños y adolescentes se disfrazaban del niño mago conocido de Hogwarts o de los personajes de la Guerra de las galaxias. Sin embargo, no se armaba tanta polémica como en la actualidad, ¿será que el color rosa está asociado a la femineidad o a las mujeres?, o precisamente ¿será que este color está emparentado con la debilidad como sinónimo de femineidad? Y por ende esa asociación impide que los hombres porten ese color sin estar exentos de críticas; ¿Se puede celebrar un color y una muñeca famosa mundialmente?.

Considero que la muñeca famosa  a nivel mundial ha evolucionado desde se creación, de hecho posteriormente se han creado diferentes modelos de muñecas, con las críticas que se pueda decir sobre esto (tengamos en cuenta que los creadores de estos juguetes son profesionales de la publicidad, diseño, marketing y no son ingenuos a la hora de trabajar con juguetes y la representación de los mismos). Sin embargo la crítica que parece vigente está en que la imagen de la muñeca no representa a todas las mujeres (¿Debería hacerlo?), la hegemonía de los cuerpos inalcanzables, la discriminación de los cuerpos que escapan de ese molde prefijado, los ideales de belleza y los estereotipos de género que cosifican a la mujer, la tornan artificial y cuestionan su inteligencia. Este cuestionamiento no queda en un simple planteo, sino que repercute en el ejercicio de los derechos económicos, sociales, políticos y culturales de las mujeres. Un capítulo de los Simpsons trata ese tema en una escena en donde Lisa hace hablar a su muñeca Stacy Malibu frente a un público expectante y esta repite frases triviales sobre el hogar y la comida que luego escucha de su propia madre cuando está en la mesa. Esto último nos enseña que Stacy no es solo un juguete que pasa inadvertido en la niñez o adolescencia de estos sujetos sino que impacta en niños, niñas y adolescentes que luego serán personas adultas, como Marge Simpson.

Por otro lado, el debate no se centra solo en las mujeres y su relación con la muñeca, sino en los hombres que usan atuendos del color mencionado. Para eso recordemos una escena de la película francesa llamada “El placard”, en donde un compañero de trabajo le regala a otro (que se hace pasar por homosexual para conservar el trabajo en una fábrica de profilácticos), un suéter de color rosa. Este se rehúsa a usarlo a pesar de la insistencia de su compañero de trabajo quien considera que al ser su compañero homosexual, le va gustar la ropa de ese color.

Recientemente se difunde en las redes sociales, una fotografía que muestra un padre que concurre con su hija al cine a ver la película y en otra fotografía publicada se ve un hombre que va a verla con el atuendo de ese color. La mirada sobre uno es de admiración sobre su rol paterno y sobre el otro es de burla por su ropa, su cuerpo (volvemos al debate de la hegemonía los cuerpos) y su orientación sexual.

¿Qué nos pasa con el color rosa?
¿Qué nos pasa con el color rosa?

Celebro el debate que ha traído la película, el personaje y el color, este siempre debe estar basado en el respeto, libre de violencias y de discriminación.

(*) Abogado, Profesor Universitario en Ciencias Jurídicas,  Especialista en Violencia Familiar, autor de libros y artículos de su especialidad. Columnista de Diario Digital Femenino.

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