Ataques sexuales en grupo
Especialistas afirman que son frecuentes las agresiones sexuales concretadas en grupo
Una familia denunció ayer que su hija de 14 años fue violada por al menos tres hombres en la localidad bonaerense de José C. Paz, una víctima más de las llamadas violaciones en manada que en el último año han sido noticia en medios de la Argentina y el mundo, reflejo de un delito que los especialistas consideran «más frecuente» de lo que se muestra.
Por Silvina Molina
Télam
Las llamadas violaciones en manada «animalizan a los agresores» y, además, «la manada siempre sigue a alguien que la conduce, de modo que el resto del grupo tiene menos responsabilidad. Es una forma de desresponsabilizar», analizó para Télam la socióloga Silvia Chejter.
En los últimos meses se hicieron públicas en la Argentina las violaciones grupales a una adolescente de 14 años en un camping en la costa atlántica, a otra chica de la misma edad en Las Lajitas, en Salta, y a una joven de 15 en Villa Elisa, en la provincia de Buenos Aires. Y hay otras denuncias de adolescentes que están en proceso judicial en la Justicia bonaerense y de Chubut. ¿Las violaciones grupales son esporádicas y una realidad nueva? La socióloga Chejter fue terminante en su respuesta: «De ninguna manera. Sobre la base de investigaciones empíricas y observaciones que transmiten profesionales de la salud, la frecuencia de las violaciones colectivas es alta».
Y agregó: «Antes se las llamaba patotas o se identificaban como violaciones grupales, colectivas, de bandas. El concepto ‘manada’ se impone en los últimos años a partir del caso español». Se refirió así a los cinco hombres que se autodenominaron La Manada y que en 2016, durante la fiesta de San Fermín, violaron a una joven en la ciudad de Pamplona.
Chejter recordó «la violación grupal a María Soledad Morales -asesinada en Catamarca en 1990-, que fue consumada por una patota de ‘niños bien’, hijos de funcionarios y políticos». También recordó que «muchas violaciones grupales no son nombradas como tales».
Desde Bolivia, la abogada Jessica Echeverría dijo a Télam que «hay que tomar conciencia de que las violaciones en manada son más comunes de lo que creemos».
La profesional es la representante legal de una joven de 18 años que en diciembre último fue violada en Santa Cruz de la Sierra por cinco varones, uno de ellos menor de edad. Los cuatro adultos acusados están presos esperando el juicio y «hay un pacto de silencio entre ellos», aseveró la abogada.
Añadió que «hay violencia sexual ejercida en grupo, dinero, contactos políticos, consumo de drogas. Tanto los violadores como la víctima son de familias de clase económica acomodada».
Criticó que «no se ha cuidado la identidad de la chica, algunos periodistas dieron nombre, dirección. Se cruzó el límite. El periodismo tiene que cuidar a las mujeres».
Y afirmó: «La manera en que se está investigando demuestra que la Justicia es machista, que viola una y otra vez a esta chica, que está realmente muy mal».
En Ecuador el panorama es similar. Las violaciones grupales «van en aumento y también la brutalidad, no todos los casos se visibilizan ya que se hacen públicos aquellos que las mujeres deciden denunciar», fue la opinión de la abogada Ana Vera, directora de la ONG de Derechos Humanos Surkuna al ser consultada por Télam. En esa organización han atendido «en el último tiempo, al menos, a cinco víctimas de violaciones colectivas, y en general los violadores son jóvenes y conocen a la víctima».
Vera consideró que es importante estudiar los casos para poder encontrar formas de prevención de este fenómeno que se expande: «La violación grupal implica que hay hombres que se ponen de acuerdo para violar. ¿Qué es lo que hace que decidan violar como sentido de grupo? Además, en general solo conocemos a las víctimas que se animan a denunciar».