El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental. Como describe la colega Mónica Vaccaro en su columna En el mes de la Salud Mental, tendiendo puentes, derribando muros…, “el evento representa el compromiso global para crear conciencia sobre la salud mental y defenderla como un derecho humano universal”. Desde las escuelas, y de la mano de la Educación Sexual Integral (ESI), esta fecha representa una oportunidad para abordar la temática con niñeces y adolescencias y ayudar a ejercer este derecho, brindando la posibilidad de protegerlo.
Por María Inés Alvarado*
para Diario Digital Femenino
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido el Día Mundial de la Salud Mental con el fin de visibilizar la temática, haciendo hincapié en la necesidad de acotar la brecha en el acceso al cuidado en salud mental y con ello propiciar un abordaje integral de la salud. En Argentina, la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental Nro.26.657 (sancionada en el 2010 y reglamentada en 2013), configuró un nuevo escenario en el campo de la salud mental al realizarse junto con la aprobación del Plan Nacional de Salud Mental 2013-2018 (Resolución 2177/2013, Ministerio de Salud de la Nación), porque garantiza la protección de este derecho a todas las personas. En su artículo 3, se la define como “un proceso determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona”, enmarcando así a la salud mental en el concepto integral de este derecho. Además, abre camino a repensar colectivamente las políticas, representaciones y prácticas en torno a esta temática para dar a entender que su abordaje debe ser intersectorial, interdisciplinario y comunitario.
No hay una edad ni una etapa de la vida en la cual una persona puede estar transitando una situación de padecimiento mental, incluso puede ser en la niñez y la adolescencia. Estos padecimientos son subjetivos, no deben definirse como trastornos o patologías mentales, dado que son el resultado de procesos singulares y/ o colectivos: la muerte de un familiar, por ejemplo, corresponde al ámbito de lo personal; pero la depresión que se vivió por el aislamiento preventivo dictado a raíz de la pandemia del COVID-19, trajo consecuencias gravísimas en el ámbito de la salud mental desde una perspectiva colectiva. Es por esto que, ya sean de tipo transitorio o duraderos en el tiempo, y aunque varíen en su presentación o contexto, toda situación que genere angustia, impotencia, incertidumbre, o plantee grandes desafíos debe ser tenida en cuenta como un episodio para ser abordado desde la escuela, porque es el lugar donde NNyA pasan la mayor parte del día y donde la presión a expresar sus emociones está más expuesta.
En la secuencia didáctica 10 de octubre: una oportunidad para reflexionar sobre el derecho a la salud mental desde la escuela, del Portal Educ.ar se explica que “la manera de concebir y abordar la salud mental ha variado a lo largo de la historia”. Durante la Edad Media “las personas locas” y las brujas eran perseguidas por peligrosas mientras que, en la modernidad, la medicina científica y la psiquiatría, la “locura” pasó a ser una enfermedad mental, y si bien la medicalización cooperó con algún tipo de mejoría, quienes tenían alguna enfermedad mental no poseían atributos para vivir en sociedad y fueron víctimas del encierro y la exclusión. En la actualidad, se promueve una mirada que contemple la integralidad de las personas desde una perspectiva de derechos, promoviendo la importancia de sostener los vínculos familiares y comunitarios. Desde el Eje Valorar la afectividad, la ESI propone respetar el lugar que tienen las emociones y los sentimientos tanto en el aprendizaje como en todo tipo de conflictos y situaciones vinculares y esto es posible si se desarrollan actitudes como la escucha, la empatía, la solidaridad, la inclusión, el respeto y el amor para favorecer y garantizar los cuidados en salud mental en la escuela
¿Cómo cuidar la salud mental desde la escuela? A partir de pensar acciones que trabajen de manera transversal la perspectiva de derechos y la pedagogía del cuidado, acompañando los recorridos de niñeces y adolescencias para que puedan expresar sus emociones para poder atravesar situaciones conflictivas, tanto de forma individual como con el mundo que les rodean, fortaleciendo el lazo social, la grupalidad y los vínculos intergeneracionales. Pensar la escuela como una institución comprometida con la garantía de derechos implica articular las acciones con otros actores e instituciones para evitar, sobre todo, la patologización. En el documento Pautas para evitar el uso inapropiado de diagnósticos, medicamentos u otros tratamientos a partir de problemáticas del ámbito escolar, publicado en 2015 por el Ministerio de Educación de la Nación, el Ministerio de Salud de la Nación y la Comisión Nacional Interministerial en Políticas de Salud Mental (CONISMA), se describe que “la patologización es altamente nociva para niñas, niños y adolescentes, ya que se reduce la complejidad de las problemáticas, los malestares, a algo individual y biológico, se les pone una etiqueta y se les brinda asistencia médica, llevando en ocasiones a obturar el despliegue de las subjetividades y la construcción de proyectos de vida propios y autónomos”.
Contrario a lo que se creyó durante mucho tiempo, no solo los factores biológicos o genéticos o las experiencias traumáticas desarrollan padecimientos mentales; también el estilo de vida, las dietas, y el consumo de sustancias generan problemas en salud mental. Desde la ESI se puede ayudar a cada estudiante a entender que la salud mental es el bienestar emocional, psíquico y social que permite llevar adelante los desafíos de la propia vida y de la comunidad en la que viven; que la forma en que cada individuo maneja y expresa sus emociones afecta la forma en que se relaciona, se piensa y se actúa frente a cada momento; que el modo en que maneja el estrés también contribuye a tomar decisiones y que la salud mental es importante en todas las etapas de la vida, incluyendo la niñez y la adolescencia.
(*) Docente, comunicadora. Co-directora de La ESI en juego.
Columnista de Diario Digital Femenino– De ESI Sí Se Habla
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