Por primera vez la ciudad de Santa Rosa tiene una viceintendenta y es la doctora Paula Grotto. En la historia de la ciudad una sola mujer ocupó el ejecutivo durante un par de días, por decreto y en la Época del Proceso Militar*.
Que una mujer, que las mujeres ocupen cargos electivos es mérito de la lucha de las feministas y los movimientos de mujeres que a lo largo de la historia han reclamado, no solo espacios de decisión, sino la posibilidad de poner la mirada en la promoción y garantía de derechos que las tienen en un escalón inferior en cuanto a todos los temas y acciones de la vida cotidiana.
Paula Grotto, en diálogo con Diario Digital Femenino, cuenta su historia, logros, sueños y más.
Por Lenny Cáceres
Paula Nació en Santa Rosa, un 31 de diciembre, transcurrió su infancia en la ciudad «viví toda mi infancia en Santa Rosa y a los 18 años me fui a vivir a Buenos Aires porque quería estudiar abogacía. Fui junto a un grupo de amigos y amigas bastante grande y eso estuvo bueno porque sirvió de contención, no es fácil emigrar a la gran ciudad. Acá todavía no existía la carrera de abogacía»
Te recibis y ¿cómo sigue la vida?
-Me recibí en el 99′ en la UBA. En plena crisis del país con Buenos Aires estallado pero, no obstante, yo quería seguir allá, quería seguir estudiando, me gusta mucho estudiar y me quedé. Estaba ya trabajando en migraciones. Hace 21 años que estoy.
Me quedé hasta que en el 2006 me picó el bichito de volver a Santa Rosa, siempre estuvo en mis planes volver, en definitiva creo que nunca me fui. En mis trece años de vivir allá nunca cambié el domicilio y me intimaban en el trabajo para que lo cambiara, yo no lo cambiaba.
Siempre pendiente, siempre leyendo los diarios. Nunca pude sentirme alejada de La Pampa. Este sentimiento que nos une a La Pampa es tan fuerte y nos pasaba a todos y a todas. En definitiva, más tarde o más temprano terminamos volviendo.
Y volvés con trabajo…
-Con toda esta obra de ampliación de derechos que trajo el kirchnerismo se generan delegaciones de migraciones en todas las provincias donde no había y en La Pampa se abrió esa posibilidad. En ese momento vine a cargo de la delegación. Todo coincidió con mi deseo de venirme.
Si bien estaba en mi deseo venirme, en principio no sabía muy bien a qué. Estaba haciendo un posgrado de abogados especialistas en la Magistratura, no obstante mi contradicción con la política, porque si ingresaba al poder judicial no podía ejercer mi pasión por la política.
¿En ese momento vos militabas políticamente?
-Nací en una unidad básica, mis padres son militantes de toda la vida. Nací adentro de la política. No hay un momento de mi vida que no esté atravesado por la política, con todo lo bueno y con todo lo malo que eso significa. Mis padres pertenecían a la línea blanca del justicialismo, luego papá se alejó de la política y mi madre comenzó a militar con Rubén Hugo Marín en Convergencia . Yo también militaba en Convergencia; nunca me olvido de todo lo que Convergencia me dio y siempre está el agradecimiento al doctor Rubén Marín, por supuesto
¿Y en Buenos Aires?
-En Buenos Aires me tocó vivir en toda la época del liberalismo a pleno donde la política no era buena palabra. La gente estaba muy desmovilizada, la juventud no participaba, los gremios estaban también bastante aplacados. No había una participación política y yo en la universidad no tuve participación, algunos acercamientos a los centros de estudiantes pero no terminaba nunca de encontrar un lugar
Agarré toda la crisis de la época, año 2000 y el odio la clase política, y seguía siempre con un pie acá, siempre quise recibirme para volver.
Regresas en el 2006 cuando ya estaban Néstor, Cristina y abrazas esa causa, ese proyecto
-Sí, ahí empecé a gestionar y hacer política desde la gestión. Tenía como ministro a Aníbal Fernández, después asume Florencio Randazzo, los dos con una impronta bastante fuerte, los dos con una exigencia importante.
El trabajo era arduo. Además nosotros teníamos que hacernos visibles en la provincia de la Pampa y con ese fin recorrimos muchos kilómetros. Desde el 2007 al 2009 hacíamos operativos territoriales con todos los organismos nacionales que había en la Pampa, un trabajo muy interesante que me llena de orgullo.
Ahí fue donde hicimos contacto por el tema de las mujeres migrantes y la trata de personas
– Sí, mi trabajo más fuerte fue por un lado recorrer toda la provincia dando a conocer que existía esta delegación y dando a conocer la legislación migratoria.
Siempre se presume que la ley es muy conocida pero no, no siempre es así. Por recorrer la provincia personalmente sé que no hay demasiada información respecto de la normativa migratoria.
Fue intenso también la batalla contra la trata de personas que en ese momento era muy fuerte, donde tuvimos que dar cuenta de la trata con fines de explotación sexual en la provincia, ya cayendo ese argumento muy sostenido de que era de paso, era permanente, de residencia.
También comencé a articular con el doctor Marcelo Colombo de la Protex, -hay estudios que se pueden consultar, que dan cuenta de esto que relato-. Colombo es una persona muy comprometida, a nivel local, también en ese momento, articulamos mucho con Mónica Molina que estaba a cargo de la Subdirección de Políticas de Género de la municipalidad de Santa Rosa, también con la Fiscalía federal, con el Juzgado federal.
Las mujeres prostituidas, las víctimas de trata, cuando podían iban a denunciar a la oficina. Todo ese trabajo realizado me llena de orgullo.
Todo ese trabajo, sin articulación es imposible de realizar
– Exactamente, nada se logra en soledad. Cuando estás trabajando con delitos transnacionales, que siempre van dos pasos más adelante que nosotras, es fundamental que los organismo trabajen juntos, se necesitan optimizar los recursos, de la información de la visión de otros organismos, la territorialidad. En ese momento, en 2008, se cambió la legislación y los delitos de trata de personas pasaron a ser jurisdicción única, entonces cualquier fiscal podía intervenir y fue fundamental. De esa manera se allanó mucho la lucha contra la burocracia que nos limitaba.
Y llegaste a esta participación política que te lleva nada menos que a ser la primera viceintendenta de la ciudad de Santa Rosa ¿Cómo fue?
– Se fue dando de manera natural. Después del 2015 seguimos militando en distintos grupos a veces unidos y organizados, otras no tanto, hasta que nos dimos cuenta que había que seguir juntos, que había que construir política, que necesitábamos organizarnos y acá estamos.
Llegaste a viceintendenta de la ciudad de Santa Rosa, primera concejala…
– Sí, soy la primera concejala y el otro espacio que puede ocuparse es el de Presidenta del Concejo Deliberante, que surge de la votación de concejalas y concejales; iremos viendo con el transcurso del tiempo. Lo bueno del desdoblamiento de las elecciones que tenemos seis, siete meses por delante para poder organizarnos, armar equipos y demás.
* En febrero de 1983, ante la renuncia de Osvaldo Gerónimo Di Pego al cargo de intendente municipal, el ejecutivo designa en la atención municipal a la Secretaria de Gobierno, Hacienda y Acción Social, Mirta Nora Jaques de Moreno. Función que finalizó el 11 de marzo del mismo año
Si tuviera que pensar un gran sueño para Santa Rosa, uno inmediato ¿Cuál sería?
-Mi sueño es un poco abstracto, tiene que ver con que nos sintamos felices de vivir en Santa Rosa, esto de salir a la calle y sentir que está todo mal es triste. Se mezcla con la situación económica, que es un condicionante que no podemos soslayar, nadie puede, por más que viva en la ciudad más linda del mundo vivir feliz si llega a la casa y está la heladera vacía, si hay limitaciones para comer, que es lo básico.
Mi sueño tal vez sea mayor que para Santa Rosa, mi primer sueño sería recuperar Argentina, recuperar el gobierno nacional, creo en la fórmula Fernández-Fernández, siento que nos va a traer la felicidad. Después que eso pase, sí que sea Santa Rosa la ciudad más linda para vivir y, un poco egoísta también, que sea la ciudad que mis hijos elijan para vivir, donde yo quiero morir.Y no solo a título personal, también lograr que sea la ciudad más inclusiva para vivir.