
¿Qué lleva a una mujer, aun adolescente, a gestar y parir? Ser la protagonista de esas acciones ¿logran convertirla en madre? ¿Quién pensó alguna vez si existe deseo en los números actuales de maternidad adolescente? Según un informe de UNPFA las estadísticas más recientes, que datan del 2021, de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS), dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, en 2019, 69.803 adolescentes de entre 15 y 19 años y 1.938 niñas menores de 15 años tuvieron un hijo o una hija: lo que representa el 11,5% de los nacimientos anuales en Argentina. Pero, por otro lado, los números hablan de un cambio: en los últimos cinco años disminuyeron un 55% los embarazos adolescentes en nuestro país según informa el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el crecimiento (CIPPEC).
Por María Inés Alvarado*
para Diario Digital Femenino
Sin duda, este último dato, viene acompañado de otro aún más importante: esta disminución de embarazos adolescentes es consecuencia del crecimiento del acceso a la Educación Sexual Integral (ESI), a la información que las escuelas y centros de salud imparten sobre métodos anticonceptivos (MAC) y a los cambios sociales impulsados por los movimientos feministas y de defensa de derechos humanos. Esto no es casual, desde el año 2017 el Programa Nacional de ESI se incluye en el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia, acción intersectorial coordinada por la SENNAF en la que participan los Ministerios de Educación, Salud, Desarrollo Social y la Fundación Cippec, acción que desarrolló la cartilla Embarazo no intencional en la adolescencia- Propuestas para el aula, para distribuir en las escuelas.
Pero, como las acciones producto de las políticas públicas no siempre son suficientes, los movimientos sociales también se ocupan de estas temáticas. Una de ellas es Nenina, una obra teatral que interpela ese (no) deseo de la maternidad adolescente. Con libro de Olga Viglieca, Iván Moschner y Luciana Morcillo, la pieza teatral describe, a través de un diálogo entre dos mujeres que se personifican en una sola, Milena, la necesidad de construir mil grullas para alcanzar un deseo: no abandonar a Romina, o Nenina, como ella la llama. ¿Y quien es Romina? Romina es Romina Tejerina, la joven jujeña acusada y condenada a catorce años de prisión por matar a su beba recién nacida, fruto de una violación, cuando tenía apenas diecinueve años.

Romina es Nenina, y Nenina somos todas las víctimas de una sociedad androcéntrica que culpabiliza a quienes no desean ser madres, que se rebelan frente al sistema patriarcal que sólo ve en los cuerpos de las mujeres un envase para procrear. Nenina habla de deseo, del deseo de no maternar. Habla de las vergüenzas que se ocultan desde la adolescencia para no exponer los sentimientos, para no poner en evidencia que las mujeres sienten deseo, pero que debe reprimirse porque las costumbres y los buenos modales dicen que una mujer no puede decidir sobre su cuerpo.
A lo largo de la obra Milena va relatando su propio despertar sexual y el de sus amigas. Le cuenta a una abuela ya fallecida como y cuando fue su primera vez con un varón. Y se lo cuenta porque la abuela, no hablaba de eso. Su propia abuela había querido suicidarse luego de su primera noche con aquel marido que le había tocado en suerte, pero que murió sin darle descendencia. Y pudo redimirse con el segundo, ese que fue su abuelo. Los varones no aparecen en escena, son parte de ese diálogo que la protagonista tiene con su otro yo y que le cuenta a Romina en un video que le está filmando, para mandarle a la cárcel y decirle que no está sola, que son muchas las mujeres que han tomado conciencia de una situación que debe ser no sólo expuesta sino también modificada.
Nenina nace de un encuentro colectivo entre dieciséis mujeres actrices con Ivan Moschner, el director de la pieza, para reflexionar sobre la opresión de la mujer que no decide maternar, porque no deseó ese hijo, producto de una violación; que escondió su embarazo y luego se deshizo de la beba por miedo, asco y humillación. Nenina es una obra que interpela a flor de piel; que pone en palabras la sororidad que sentimos las mujeres frente a las injusticias; que narra una historia que debe ser contada, para no caer en el olvido de las violencias hacia las mujeres, de los femicidios, de los deseos no alcanzados. Melina le habla a Nenina, para que sepa que no está sola. Nenina es Romina (Tejerina) y Romina (Nenina) somos todas.


Ficha técnica:
Nenina / Libro: Olga Viglieca, Iván Moschner y Luciana Morcillo / Dirección: Iván Moschner / Intérpretes: Ana Tula, Carla López, Carolina Maldonado, Flor Zothner Ciatti, Luciana Morcillo, Mara Daglio, María Florencia Cristaldo, Mariel Noguera, Mirna Doldán Rodríguez, Natalia Pascale, Natalia Santillán, Olga Stella, Romina Incarbone, Sara Córdoba y Silvia Strasser / Asistencia: Juan Santiago / Duración: 40 minutos.
(*) Docente, comunicadora. Co-directora de La ESI en juego.
Columnista de Diario Digital Femenino– De ESI Sí Se Habla

Antonia Valenzuela Alba -
NENINA SOMOS TODAS, muy interesante sobretodo para las adolescentes,las niñas merecen tener este tipo de información para poder escoger en su vida con libertad y sabiduría