El tema de la fidelidad y el amor romántico vuelve a aparecer en las aulas como una temática que debe ser abordada cada año desde la Educación Sexual Integral (ESI). Hace un tiempo atrás, en la nota publicada en este mismo diario con el nombre El discurso mediático de la (in)fidelidad. ¿Qué pasa en las aulas? Me animé cuestionar el lugar que las mujeres nos permitimos tener en los ámbitos públicos a partir del escándalo entre Wanda Nara y la China Suarez por el amor de un hombre: Mauro Icardi.
Por María Inés Alvarado*
para Diario Digital Femenino
Hoy, el mismo debate, en este nuevo escenario 2024, aparece de la mano de la cantante argentina Tini Stoessel, quien presentó en público su canción “Ni de ti”, dedicada a Camila Homs, quien siempre manifestó que había destruido su matrimonio con Rodrigo De Paul. El tema viene en respuesta, también, a la agresión sufrida hace un par de meses por una hater quien la criticó en las redes sociales «Cuéntame, ¿qué te pasó de grave en la vida, reina? ¿Qué te digan robamaridos? ¿Te tiñeron y te quedó mal? Cuéntame, ¿qué es lo que te tiene tan emo para hacer tanto ‘show’? Ridícula», a partir de la relación de la artista con el futbolista durante el campeonato mundial de futbol de 2022.
El concepto no es nuevo, ya en 2004 se le adjudicó dicho rol a Angelina Jolie cuando Brad Pitt se separó de Jennifer Aniston para unirse a ella. La definición, que no existe en ningún diccionario, se usa popularmente para designar “a aquellas mujeres que le quitan el esposo a otra”, como si un “marido, novio o pareja” fuera un objeto de propiedad de alguien, que puede ser “robado a la fuerza”, sin ofrecer ningún tipo de resistencia, responsabilidad o capacidad de decisión por parte de ese varón que fuera tentado por otra mujer. Tampoco es un término que incluya solamente al ámbito de la gente famosa: hace poco menos de un mes, los noticieros tomaron como hecho trascendente un pasacalle colgado en las cercanías de una escuela en la localidad de Adrogué cuya leyenda advertía a las “mamis del cole” que tuvieran “Cuidado, hay una roba maridos entre ustedes”, demostrando que en todos los ámbitos sociales existe el peligro de cruzarse con esta “clase de mujeres”.
Las aulas no son ajenas a esta problemática. Los discursos relacionados con la infidelidad siguen apareciendo en ellas, y deben trabajarse desde la ESI. En la nota de la semana pasada Violencia simbólica: del reconocimiento a la acción la periodista Fabiola Gutiérrez, describe a este tipo de violencia como aquella que “se puede manifestar a través de la cosificación de las mujeres y la consideración de roles estereotipados de género” explicando luego que “se trata de un tipo de violencia difícilmente codificable e inasible que, según señala Rita Segato, escritora, antropóloga y activista feminista argentina, es más efectiva cuanto más sutil”, demostrando que los estereotipos sociales en relación al rol que deben tener las mujeres en la vida cotidiana sigue siendo el de sumisión y subordinación, dejando de lado el deseo y la satisfacción personal.
¿Qué pasa cuando la infidelidad viene de la mano de los varones? Ahí también las mujeres son cuestionadas. Cuando Shakira lanzó su tema “BZRP Music Session #53″, en clara alusión a Clara Chia, amante de su exmarido Gerard Piqué, fue acusada de despechada, poco sorora y mala feminista por criticar a otra mujer, además de aparecer culpable por no haber podido satisfacer las necesidades de su pareja. No hay duda de que la violencia simbólica sigue perpetrando estas miradas. “La figura de esta otra mujer, la que complace, ha sido dibujada desde el inicio de los tiempos como una mujer pérfida y malvada, que disfruta libremente de su sexualidad, que es libre de los compromisos que representan ser esposa, viéndolo desde una perspectiva patriarcal”, explica la psicóloga feminista Pía Urrutia en el texto Ser sorora no significa que no puedas odiar a la amante de tu pareja, publicado en el periódico La Tercera, lo que justifica el discurso del robo de la pertenencia sobre un marido.
Sin duda, es importante llevar estos cuestionamientos a las aulas. Poder desarrollar la idea de que la fidelidad forma parte de un discurso que tiene como eje central el amor romántico de la mano de la violencia simbólica, que se ejerce como un mecanismo de control y manipulación, generalmente de los varones sobre las mujeres, que siguen cargando de culpabilidad a éstas por no encajar en los roles de amor, bondad y ética moral que el patriarcado les asignó a lo largo de los años. Las roba maridos no son malas mujeres, sino mujeres que irrumpen y cuestionan el mandato social de la monogamia impuesta que cosifica a las personas en roles asignados para perpetrar el patriarcado. La infidelidad no es el problema, sino la falta de confianza, de amor propio y de diálogo que deberían construirse entre dos personas que apuestan a ser pareja. La ESI tiene que ayudar a seguir cuestionando estas perspectivas.
(*) Docente, comunicadora. Co-directora de La ESI en juego.
Columnista de Diario Digital Femenino – De ESI Sí Se Habla
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