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En esta semana en la cual las actividades escolares estarán cargadas de discursos relacionados con el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, no debe pasarse por alto que, en estos días, también se conmemora el Día de la Promoción de los Derechos de las Personas Trans. Cada 18 marzo, fecha elegida en homenaje a Claudia Pía Baudracco, fallecida en 2012, una de las principales voces en el debate por la Ley de Identidad de Género, además de la fundadora de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) y de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA).

Por María Inés Alvarado*
para Diario Digital Femenino

Más ESI significa más derechos
Más ESI significa más derechos. Claudia Baudracco

Como fue detallado al comienzo de esta nota, la cercanía del 24 de marzo invita a pensar la memoria, la verdad y la justicia, a partir de la reflexión y el análisis crítico sobre la historia reciente de nuestro país para realizar el compromiso activo en defensa de los derechos conquistados y con la mirada puesta en no permitir el avasallamiento a las garantías constitucionales. En este contexto político actual con un gobierno ultraliberal negacionista, que promueve la homotransfobia, prohíbe el lenguaje inclusivo y defiende discursos transodiantes como el de Ricardo Bussi cuando dijo que “El que decide ser travesti, que se la banque solo; no se puede dar una cuota del Estado a alguien que pertenece a un grupo minoritario» demuestra la ignorancia que existe en la coalición gobernante en materia de derechos. Por eso, hoy más que nunca se hace necesaria pensar en una ESI que, entro otras cosas, garantice la inclusión y los derechos de niñeces y adolescencias trans en los espacios educativos.

Cuando hace doce años el Congreso Nacional sancionaba la Ley 26.743 de Identidad de Género tenía claro el objetivo de garantizar el acceso pleno al derecho a la identidad de género, no solo en la solicitud del cambio de nombre en los documentos de identidad sino también el acceso a una salud integral a través de intervenciones quirúrgicas y procesos de hormonización para adecuar los cuerpos a la identidad autopercibida. Esta legislación también protege a niñeces y adolescencias a defender su derecho a recibir una Educación Sexual Integral que les ayude a defender su identidad y permitirles la libertad de elegir como quieren identificarse socialmente, desafiando los modelos binarios construidos socialmente que promueven que existe una única manera de ser varones o mujeres.

El médico Marcos Ordoñez, especialista en Medicina General y Familiar y magister en Salud Sexual y Reproductiva, explica, en una entrevista publicada en Diario Digital Femenino, que “el proceso de la construcción identitaria comienza tempranamente y si bien generalmente es en la entrada a la adolescencia, (cuando) el punto que se vuelve crítico porque la demanda identitaria toma cada vez más fuerza“ dado que “comienza desde que desde que nos insertamos en la cultura desde que empezamos a entrar en las lógicas y en los mandatos socioculturales” porque “la entidad se siente, se percibe y es que uno no elije ser, sino que uno es”.

Más ESI significa más derechos
Más ESI significa más derechos

Por esto, y para promover una educación que permita visibilizar las identidades trans y defender sus derechos, es preciso planificar actividades para este ciclo lectivo a partir del documento Recomendaciones para un abordaje respetuoso e inclusivo de las identidades de género trans/travestis, no binaries y de género fluido en el sistema educativo. En el mismo se propone, entre otras acciones:

  • Promover canales de comunicación con las familias, para facilitar el diálogo y ofrecer espacios que promuevan construir una sexualidad libre y responsable;
  • Llamar a cada NNyA con el nombre que eligieron para identificarse, aún cuando el género del mismo no coincide con la apariencia física;
  • Respetar el número del DNI por sobre su nombre de pila o apariencia, dado que éste indica la continuidad jurídica de su persona;
  • Garantizar la privacidad frente a otras personas, en el caso de que sienta que no se le respeta la identidad de género y/o su nombre elegido;
  • Permitirles el acceso a los baños respetando el género autopercibido, trabajando institucionalmente para que, en dichos espacios, no haya violencia ni discriminación:
  • Generar actividades para profundizar los conocimientos de toda la comunidad educativa acerca de las niñeces y/o adolescencias trans;
  • Promover acciones para que se respete la diversidad sexual y de género;
  • Acercar información de las organizaciones sociales y organismos de Estado que puedan brindar contención y acompañamiento a las familias;
  • Utilizar un lenguaje neutral, inclusivo y de género para visibilizar las distintas identidades y realidades familiares a través del lenguaje;
  • Evitar la naturalización de chistes, burlas o expresiones discriminatorias hacia la diversidad sexual y de género.

Si bien aún falta mucho camino por delante para lograr la igualdad real de las personas trans y subsanar la deuda que el Estado tiene con ellas, es mucho lo que la ESI puede hacer para acompañar y ayudar a que los derechos de todas las personas puedan ser garantizados.

(*) Docente, comunicadora. Co-directora de La ESI en juego.
Columnista de Diario Digital Femenino – De ESI Sí Se Habla

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