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Autora: Laura Galup

Los doctores Juan Gervás y Mercedes Pérez-Fernández denuncian en ‘El encarnizamiento médico con las mujeres’ intervenciones sanitarias que consideran innecesarias o discutibles.

Las mujeres están siendo maltratadas por la medicina actual
Las mujeres están siendo maltratadas por la medicina actual

Los doctores Juan Gervás, médico de cabecera, y Mercedes Pérez-Fernández, especialista en medicina interna, aseguran que la mujer está siendo maltratada por la medicina actual. “El modelo de la salud es patriarcal, está basado en varones. Por ejemplo, la mayor parte de pacientes con síntomas médicamente inexplicables son mujeres porque el modelo de los libros se centran en los hombres, la forma de sufrir y de enfermar femenina no cuadra”, indica Gervás en una entrevista conLa Marea. Su compañera no ha podido atender a este medio porque se está recuperando de un infarto de miocardio.
La tesis que sostienen Gervás y Pérez-Fernández en El encarnizamiento médico con las mujeres (Los libros del lince) se apoya en 50 casos de intervenciones sanitarias que consideran innecesarias o más que discutibles en muchas ocasiones. Entre ellas, analizan la vacuna contra el virus del papiloma, la terapia hormonal en la menopausia y algunos seguimientos preventivos de cáncer de mama y de útero. Asimismo, denuncian la discriminación de las mujeres en la consulta por su orientación sexual. 
Los escritores, ya jubilados, continúan dedicándose a la investigación y han querido elaborar este libro como un “homenaje a la mujer que enferma y sobrevive a médicos, pruebas, cirugías y medicamentos excesivos”. Consideran que en la sociedad actual existe un exceso de pruebas diagnósticas. En este sentido, sobre el cáncer de cuello de útero, afirman que en nuestro país la prevención de esta enfermedad no tiene sentido porque se da en muy pocos casos, afectando sobre todo a mujeres en riesgo de exclusión social, precisamente las que menos seguimiento medico reciben.
 Asimismo, denuncian que anualmente en nuestro país se realizan 10 millones de citologías, una situación que según aseguran tiene dos consecuencias: genera un negocio a las empresas sanitarias que se encargan de ellas y daña a las mujeres. Para defender esta tesis se apoyan en un estudio realizado por George F. Sawaya, profesor de la Universidad de California, en el que una de sus conclusiones plantea que “de cada 100 resultados anormales de estas citologías sólo uno tendrá interés por ser una displasia (que desaparecerá espontáneamente en casi el 100% de los casos)”.
Los autores no consideran únicamente culpables de esta situación a sus compañeros, creen que las “circunstancias” laborales están en contra del “buen trabajo médico y del compromiso con sus pacientes”.
Asimismo reivindican que no están solos en esta protesta, aseguran que existen movimientos internacionales como Do not do (“No hacer”) o Choosing wisely (“Elija cuidadosamente”) respaldados por médicos, asociaciones y revistas científicas de varios países del mundo. “Estas iniciativas revisan las prácticas médicas frecuentes obsoletas o peligrosas y propone listados de no hacer, explicando el porqué”, reseñan en el libro.
Encarnizamiento médico en el embarazo
Otro de los temas que está presente en este ejemplar sobre el encarnizamiento médico es elembarazo. Los autores aseguran que las mujeres en estado de gestación están sufriendo una medicalización excesiva. “En España el seguimiento del peso del embarazo es una actividad permanente y lo único que hace es añadir preocupaciones. Por ejemplo, eso no sucede en Reino Unido”, afirma Gervás. El modelo alternativo que defienden consiste en distinguir que la medicina es esencial en algunos casos pero que “no se debe extrapolar esa prevención a todas las mujeres”.
Además, son muy críticos con la hormonación a la que se está sometiendo a las mujeres durante la menopausia. “Es cierto que la terapia hormonal sustitutiva logra un efecto inmediato de los incómodos sofocos y la sudoración, tan frecuentes, lo que explicó su aceptación por parte de muchas mujeres. Pero al cabo de los años se demostró que provocaba infartos de miocardio, embolias y cáncer de mama”, explican Gervás y Pérez-Fernández en su libro. Por eso consideran que otra de las claves para evitar estas situaciones consiste en aceptar que la menopausia es una etapa más de la vida, “con sus ventajas y sus consecuencias”. En esta línea, señalan que las aspiraciones de la sociedad de alcanzar una juventud eterna son otra de las causas de este encarnizamiento.
 
 
 
 
Fuente: Lamarea.com

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