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El violador y femicida Juan José Janssen sigue gozando de una impunidad inusitada en prisión. Vuelve a arreglárselas para continuar acosando mujeres desde el encierro. A través de las redes sociales, se pone en contacto con niñas y mujeres del exterior, que no quieren hablar con él.

Por Andrés Borrello

Además de las múltiples acusaciones por violación, fue condenado en 2013 a prisión perpetua por el asesinato de la niña Sofía Viale. En 2018 fue escrachado de manera pública por tener al menos cuatro perfiles de Facebook y una cuenta de Instagram en donde se mostraba con distintas fotos en su celda de Senillosa, Neuquén. Desde allí, se ponía en contacto con niñas mediante mensajes privados.

En su momento contaba con más de 600 contactos en sus redes. Fue la mama de una de esas niñas quien hizo público el “beneficio” del que gozaba Jannsen.

A raíz de esto, el juez de ejecución penal Mauricio Pascual ordenó una requisa a su celda, donde se encontró un teléfono celular habilitado para redes sociales, cosa que tiene prohibida. Fue trasladado entonces a una prisión de máxima seguridad.

En estos días, al cumplirse 8 años del asesinato que lo condujo a prisión perpetua, el femicida y violador se las ingenió para volver a tener relación con el exterior.

Desde una computadora del centro penitenciario de Marcos Paz, Provincia de Buenos Aires, Jannsen utiliza la aplicación de videollamada Skype para ponerse en contacto con distintas personas. Según los registros de llamada que se hicieron públicos, los contactos se remontan a abril de este año, siendo los últimos en el mes de agosto.

“Este HDP tiene la cara de llamar toda la mañana” explicó una de las mujeres en su red social Facebook para hacer público este hecho. “No sé cómo hace, pero tengan cuidado. De la nada, te llama y se aparece en pantalla” contó a El Diario de La Pampa.

¿Janssen no aprende?
¿Janssen no aprende?

Sin existir una denuncia oficial, en esta oportunidad Mauricio Pascual actuó de oficio y se comunicó con el director del recinto carcelario para dar conocimiento de la situación, sobre todo porque “esto se da en otro contexto, no a través de telefonía celular”. Según contó el juez de ejecución penal, a raíz de la pandemia, en los centros penitenciarios se habilitó un protocolo específico de comunicación producto de que los detenidos tienen prohibidas las visitas familiares al recinto.

“Lo que ha ocurrido” continuó el funcionario judicial en sus declaraciones a Infopico “es que esta persona ha trasgredido estos protocolos o se han relajado los controles por parte de las autoridades del Servicio Penitenciario para que esta persona efectuara una comunicación indebida”.

Por su parte, la mamá de la víctima dijo que “me causa bronca e indignación con la impunidad que esta persona se maneja todo el tiempo, se ríe en la cara del dolor de nosotros y no le importa nada y lo dejan hacer todo ese tipo de cosas”. Y agregó que es su familia quien sufre cada vez que este tipo se aparece cuando quiere desde la cárcel “en la que le dan todo y hace lo que quiere”.

En estas horas, la población pampeana quedó a la espera de saber qué medidas se tomarán con una persona como Jannsen, que aun desde la prisión (en Senillosa primero, y en Marcos Paz ahora) se las ingenia para seguir contactando mujeres.

Preguntas, preguntas y más preguntas resuena en nosotros y nosotras…

¿Janssen no aprende?

¿Qué hace el violador y femicida en la cárcel las 24 horas, los 7 días de la semana?

¿Hará terapia con regularidad?

¿Trabajará su masculinidad en talleres grupales?

¿Estudiará para terminar sus estudios?

Hace unos años, en un conocido medio provincial, un artículo vio la luz bajo el título “Presos modelo”, donde se jactaba del buen comportamiento que tenían detenidos como Segovia, Tomaselli e incluso Jannsen. ¿Dónde está hoy ese buen comportamiento?

¿Qué hace Janssen con su tiempo libre?  ¿Mantiene su cabeza ocupada con trabajo?

¿Cuál es el rol de los agentes penitenciarios? ¿Permiten el acceso ilegal de teléfonos y demás artículos prohibidos a los detenidos? ¿Dónde fallan los controles? ¿Hay controles? ¿Cómo accede un detenido a una computadora con acceso a internet sin ningún tipo de control?

Jannsen hace lo único que sabe hacer. Es un violador serial y un asesino de mujeres. Y, como el caso de otros femicidas pampeanos, como puede ser Roberto Lescano o Salvador Pucci, está a la espera de poder asesinar a otra mujer.

Porque Janssen, como muchos, las odia, porque las considera inferiores y un simple objeto de su consumo personal. Janssen no tiene sentimientos ni emociones para con ellas, por eso las busca, las llama, las contacta, las intimida apareciéndosele de manera espontánea en su pantalla, enviándoles un mensaje privado, las acosa, las violenta, las agrede.

Muestra todo su desprecio por todos los espacios que puede…

El violador y asesino piquense disfruta de la intimidación que produce en las mujeres cada vez que se da a conocer de manera pública. Del temor que infunda el mito de su horroroso crimen, del cual, lejos de arrepentirse como dijo alguna vez, no siente remordimiento alguno.

Janssen es un lobo atado con piel de cordero.

Un asesino nato.

Es el hombre que se sienta a esperar… al que nadie le enseña nada y, entonces, no hace nada más que seguir asechando mujeres.

 

Diario Digital Femenino

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