Desde 2011, las Naciones Unidas declararon el 15 de junio como el «Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez», en reconocimiento a que la violencia, el abuso, la discriminación y los malos tratos a las personas mayores es un problema social, agravado, en aquellas sociedades donde el valor y la dignidad de una persona está asociado a su capacidad productiva, estableciendo una matriz estructural de discriminación.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufre malos tratos, este número es aún mayor cuando las personas mayores se encuentran en instituciones de cuidado. en instituciones son aún mayores. A su vez la tendencia mundial es al alargamiento de la expectativa de vida, se estima que entre 2019 y 2030, el número de personas de 60 años o más aumente en un 38%, de mil millones a 1,4 mil millones, superando en número a la juventud a nivel mundial.
La OMS entiende que el abuso y maltrato en la vejez es un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona mayor, así como la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en el marco de una relación basada en la confianza. Estos abusos pueden ser de orden físico, psicológico, económico, sexual, desatención y el no cuidado.
La Fundación La Nación elaboró una Guía —junto a su equipo y profesionales—, a partir de una serie de entrevistas a la psicóloga especialista en la temática Alejandra Vázquez, quien hizo una curaduría profesional del contenido. Además, suma el aporte de Magdalena Saieg, directora ejecutiva de Fundación Navarro Viola; Melanie Peralta Carmiña, abogada de la Fundación Navarro Viola; Agustín Bertuzzi, director General de Protección de Derechos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; Diego Ortiz, abogado especialista en violencia familiar; Carla Del Duca, psicóloga y gerontóloga de la Dirección de Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo; y Paula Mariana Brenna, abogada de la UBA y Magíster en Magistratura y Derecho Judicial.
Compartimos el material.
1. ¿Qué es la violencia hacia las personas mayores?
Es “la acción u omisión, única o repetida, contra una persona mayor que produce daño a su integridad física, psíquica y moral, y que vulnera el goce o ejercicio de sus derechos humanos y libertades fundamentales, independientemente de que ocurra en una relación de confianza”. Así lo define la Convención Interamericana de Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores (2015). En 2002, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el maltrato a las personas mayores es una violación de los derechos humanos.
Existen varios tipos de abuso y maltrato: físico; psicológico; sexual; económico/patrimonial; ambiental (daño y manipulación de sus objetos materiales); estructural o institucional; simbólico/discriminación; abandono y hostigamiento. Este tipo de conductas pueden ser cometidas tanto por el grupo familiar, como por cuidadores, allegados, convivientes o no que no posean grado de parentesco alguno o por instituciones, tanto del ámbito público como privado.
“El maltrato se presenta en el marco de una relación de abuso que se define por un desequilibrio de poder que puede estar definido por el contexto, por la cultura o por maniobras interpersonales de control. La intención es la dominación de la persona mayor para controlar la relación y doblegarla”, analiza Alejandra Vázquez, psicóloga especializada en la temática.
2 ¿Por qué las mujeres son el grupo más vulnerable?
“Las estadísticas indican que son más las mujeres adultas mayores las que sufren violencia porque vivimos en una cultura patriarcal en la que el poder otorgado al varón es mayor que el de la mujer. Esa relación de desequilibrio de poder está atravesada por factores culturales en la que la violencia ha sido aprendida tanto por las parejas como por los hijos varones que la reproducen”, explicó Alejandra Vázquez, psicóloga especializada en estos temas. Además, explica que los adultos mayores hombres, en su mayoría son agredidos por otros varones.
De acuerdo al Programa Proteger, que tiene por objetivo la prevención y asistencia a personas mayores que se encuentren en situación de violencia de cualquier tipo en la Ciudad de Buenos Aires, durante el año 2023 se intervino en un total de 2499 casos, un 10 % más que en el 2022. En el 80% de los casos, las víctimas fueron mujeres y en la mayoría de los casos el agresor fue un hombre, sea un hijo o pareja. “El género y la edad son dos factores que se intersectan en estas situaciones e incrementan la vulnerabilidad. Estamos notando un fuerte crecimiento de la demanda del programa. Es por eso que tenemos que visibilizar el problema y trabajar muy fuerte en la prevención”, explica Agustín Bertuzzi, director General de Protección de Derechos a cargo del Programa Proteger, dependiente de la Secretaría de Bienestar Integral del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
3. ¿Quiénes suelen ser los agresores?
Los últimos datos disponibles de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de la Nación indican que más de la mitad de las personas mayores que hicieron la denuncia en esa dependencia sufrieron maltrato por parte de sus hijos o hijas. Esas denuncias, de violencia ejercida por hijos contra sus padres, aumentan entre los adultos mayores de 75 años. En segundo término, la pareja del adulto mayor es quien más agrede (en un 21% de las denuncias). “La violencia también puede ser aprendida, entre otros factores, por la historia de violencia en la familia de origen”, explica Alejandra Vázquez, psicóloga especialista en estos temas. .
4. ¿Qué impacto puede tener en su vida?
El maltrato a las personas de edad puede tener en ellas graves consecuencias en su calidad de vida, no solo en su salud física y mental, sino también en su esfera económica y social. Puede llevarlas a la depresión, al deterioro cognitivo, producir dolores crónicos, trastornos del sueño, cuadros depresivos o de ansiedad, ruina económica y necesidad de ingreso en una residencia, además de defunción prematura. Para las personas mayores, las consecuencias del maltrato pueden ser especialmente graves, ya que la recuperación puede llevarles más tiempo que para los demás grupos de edad.
Es por eso que la 49ª Asamblea Mundial de la Salud declaró a la violencia contra las personas mayores como un problema mayor de salud pública, por lo que comprometió a los estados firmantes a implementar medidas para sensibilizar y capacitar a los equipos de salud, considerando que los programas de numerosas carreras de grado vinculadas a la salud no tienen contenidos específicos sobre esta problemática.
5. ¿A qué señales hay que estar alerta?
Toda consulta al sistema de salud es una oportunidad para la detección temprana de la violencia contra los adultos mayores. “Por eso es tan importante que los profesionales de la salud presten atención a aquellas consultas inespecíficas o polisintomáticas, considerando que la persona mayor puede no contar lo que le está sucediendo por diferentes motivos. Hay señales físicas, comportamientos, manifestaciones emocionales observables en las personas mayores, su entorno familiar o cuidadores que pueden generar sospecha de ocurrencia de malos tratos”, explica Alejandra Vázquez, psicóloga especializada en la temática.
Los principales indicadores de alerta son:
●Cambios bruscos en su estado anímico
●Relato de caídas y/o accidentes en momentos y lugares extraños
●Tener miedo a un familiar o cuidador
●Viejos y nuevos hematomas al mismo tiempo
●Su comportamiento cambia en presencia del familiar o cuidador
●Aislamiento de las relaciones sociales
●Se muestra ansioso, triste, retraído, temeroso, agitado
●Deshidratación, desnutrición, debilidad
●Síntomas depresivos, baja autoestima
●Evidencia temor a hablar
Indicadores en familiares o cuidadores
●Intenta que el profesional y la persona mayor no interactúen en privado
●Insiste en contestar a las preguntas que se le realizan a la persona mayor.
●Pone obstáculos para que se proporcione en el domicilio la asistencia sanitaria
●Se muestra excesivamente controladora
●Intenta convencer a los profesionales manifestando que la persona mayor está “loca”
●Culpabiliza a la persona mayor
●Le prohíbe relacionarse con otras personas y/o salir de la casa.
“Existen otras barreras asociadas a las instituciones y los profesionales sobre las que es fundamental reflexionar: la carencia de formación para identificar indicadores de violencia, la ausencia de protocolos de detección e intervención, entre otras”, analiza Vázquez.
6. ¿Cómo ayudar a quien sufre violencia?
●Escuchar, creer en su relato: “Es muy importante escuchar a la persona mayor con atención y respeto, considerando que quizás durante mucho tiempo tuvo que callar por miedo, por vergüenza, por sentimientos de culpa, por no contar con recursos para solicitar ayuda”, remarca Carla Del Duca, psicóloga, gerontóloga e integrante de la Dirección de Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
●Actuar con empatía: no hacerle preguntas que encierren dudas sobre su relato y escuchar comprendiendo su situación y su necesidad de ayuda, es lo que recomiendan los especialistas.
●Brindar contención: estar disponibles para brindar contención emocional, armando una red de apoyo que termine con el aislamiento que intenta imponer el victimario para que no pueda pedir ayuda.
●Respetar su autodeterminación: hay que considerar que las personas mayores que viven situaciones de violencia de larga data tienen afectada la autodeterminación. Por ello, es fundamental acompañar sin decidir por ellas, promoviendo su autonomía e independencia.
●Acompañar evitando actitudes sobreprotectoras: es importante acompañar a las personas mayores, pero ayudando a que tomen decisiones por sí mismas para promover su empoderamiento.
●No enfrentar al victimario ni intentar mediar entre ellos: si alguien te cuenta que es víctima de violencia, los especialistas recomiendan que en ningún caso te enfrentes al victimario, ya que eso suele ser perjudicial y puede incrementar el riesgo de vida de la persona en situación de violencia. “La Ley 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, prohíbe la instancia de mediación en los casos de violencia precisamente por el desequilibrio de poder que existe en estas situaciones y la asimetría en el vínculo”, afirma Alejandra Vázquez, psicóloga especializada en la temática.
●Llamar al 911 ante una situación de emergencia: al escuchar gritos, golpes, amenazas o al ver una situación de violencia a una persona mayor en el ámbito público hay que comunicarse al 911.
●Pedir asesoramiento: si tenés dudas sobre cómo actuar, podés buscar asesoramiento en programas especializados en la problemática, ya sea organismos gubernamentales u organizaciones de la sociedad civil.
●Ayudar a que comprenda que no es responsable del maltrato: muchas personas mayores suelen creer que son una carga, por este motivo hay que ayudarlas a que comprendan que no son culpables de lo que padecen y que tienen derecho a vivir con dignidad.
●Brindarle datos para solicitar ayuda: si los desconoce, puede llamar a la línea 144, donde les brindarán asesoramiento al respecto.
●No juzgar ni minimizar la violencia: no es fácil para una persona mayor solicitar ayuda, esto puede llevarle mucho tiempo porque generalmente se trata de situaciones de manipulación y sometimiento de larga data por parte de una persona muy cercana. Por ello no hay que utilizar expresiones tales como “tal vez estás exagerando”, “quizás tu hijo estaba nervioso y ya se le va a pasar” o “por qué tardaste tanto en contarlo”. Estas expresiones le generan más daño emocional.
●No infantilizarlas: no se debe tratar a las personas mayores como si fueran niños porque eso refuerza los prejuicios que circulan en la sociedad acerca de las vejeces, reproduciendo violencias simbólicas. Es por ello que hay que promover su autodeterminación.
7 ¿Qué pautas de prevención se les puede dar?
●Participar en grupos donde pueda socializar, armar redes y no aislarse.
●Contarle a alguien de su confianza si se encuentra en situación de violencia.
●No convivir con personas que tengan antecedentes de conductas violentas.
●Mantener en su poder la escritura de su propiedad y denunciar si alguien la sustrae de su domicilio.
●Contratar personal para trabajar en su domicilio solicitando previamente referencias comprobables y su documentación personal.
●Pedir ayuda profesional si ya sufre maltrato.
●No permitir que nadie se apodere de su documentación personal.
●No justificar el maltrato porque todas las personas tienen derecho a vivir una vida digna.
●No pensar que el maltratador va a cambiar su conducta porque le pida perdón. Esta actitud forma parte de su comportamiento habitual y volverá a violentarse. El arrepentimiento debe ir acompañado de un cambio de conducta.
●No firmar documentos contra su voluntad o desconociendo el contenido de los mismos.
●Saber cuáles son sus derechos.
●Solicitar información de los recursos donde puede pedir ayuda ante una situación de vulneración de derechos.
“El Programa Proteger tiene equipos de intervención profesionales que brindan acompañamiento para el acceso a la Justicia y coordina acciones con diferentes sectores del ámbito judicial, sanitario y/o social a los fines de brindar una respuesta integral y restituir los derechos vulnerados”, afirma Agustín Bertuzzi, director General de Protección de Derechos a cargo del Programa Proteger, dependiente de la Secretaría de Bienestar Integral del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
La problemática de la violencia hacia las personas mayores es multicausal: no hay un único factor determinante. Por ello, el abordaje y la prevención de los casos deben ser necesariamente intersectoriales e integrales.
“Como primer paso para prevenir la violencia es necesario implementar políticas públicas integrales que incluyan estrategias de concientización y capacitación dirigidas a los funcionarios de todos los poderes del Estado, pero también a la población joven y adulta en general, a los fines de visibilizar esta problemática y combatir aquellos estereotipos y prejuicios que dificultan la identificación de casos de violencia hacia las personas mayores”, afirma Magdalena Saieg, directora Ejecutiva de Fundación Navarro Viola.
Saieg indica que también es “fundamental fortalecer los sistemas de atención a las personas mayores víctimas de violencia” para que los servicios que reciban sean “adecuados, respetuosos y eviten la revictimización”.
La especialista explica que es importante que se “fomente la inclusión de los mayores en sus comunidades y la creación de espacios de participación activa”, lo que promueve que los mayores se vinculen con personas de diferentes generaciones y así consoliden redes de apoyo por fuera de sus lazos familiares.
8. ¿En qué situaciones puede actuar la Justicia?
La Ley Nacional N° 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres es la que establece medidas de protección urgentes ante situaciones de violencia. Diego Ortiz, abogado, especialista en violencia familiar y profesor universitario en ciencias jurídicas, explica que el Poder Judicial a través de sus operadores puede resolver las siguientes medidas de protección ante situaciones de violencia ejercidas hacía personas mayores:
●Ordenar al agresor el cese de estos actos.
●Ordenar la exclusión del hogar del perpetrador, independientemente de la titularidad de la propiedad.
●Ordenar la restitución de efectos personales.
●Ordenar la fijación de una cuota de alimentos.
●Decidir el reintegro al domicilio de la persona mayor si ésta se había retirado.
●Prohibir al presunto agresor la compra y tenencia de armas, y ordenar el secuestro de las que estuvieran en su posesión.
●Ordenar medidas de seguridad en el domicilio de la persona mayor.
●Implementar las medidas conducentes para que la persona mayor, si lo requiere, reciba asistencia médica o psicológica, a través de los organismos públicos y organizaciones de la sociedad civil con formación especializada en la prevención y atención de la violencia.
●Derivar a otros fueros para investigar delitos o declarar nulos actos que menoscaban los recursos de estas personas.
“Por ejemplo, para peticionar medidas se debe hacer una denuncia en la Oficina de Violencia Doméstica en el ámbito de Capital Federal y en Provincia de Buenos Aires en las Comisarías de la Mujer y la Familia del lugar donde resida la persona mayor” agrega Ortiz.
Paula Mariana Brenna, abogada y magíster en Magistratura y Derecho Judicial, explica que los delitos más denunciados son:
●Lesiones (violencia física -art. 89, 90, 91 y 92 Código Penal)
●Amenazas simples (violencia psicológica – art. 149 bis 1er párrafo Código Penal)
●Abandono de persona (maltrato por omisión activa o pasiva -art.106 CP)
●Violación de domicilio (violencia ambiental – art. 150 CP),
●Daños simples y agravados (violencia ambiental – arts. 183 y 184 CP)
●Homicidio (violencia física –art. 79 CP)
●Robo (violencia económica/patrimonial – art.164)
●Hurto (violencia económica/patrimonial – art. 162 CP)
●Abuso sexual (violencia sexual – art. 119 CP)
Además, la abogada destaca que hay hechos en los contextos de violencia que pueden constituir contravenciones:
●Hostigamiento e intimidación (violencia psicológica – art. 54 Cod. Contravencional)
●Maltrato (violencia física y/o psicológica – art. 55 Cod. Contravencional).
“Desde el año 2015 contamos con la Convención Interamericana de Protección de los Derechos Humanos de las personas mayores, que en nuestro país adquirió jerarquía constitucional. La Convención Interamericana de Protección de los derechos de las personas mayores es un tratado interamericano con jerarquía constitucional. Es decir que para nuestro país es tan importante como la Constitución Nacional y sus normas tienen que armonizarse para proveer una protección más adecuada de los derechos humanos de las personas mayores”, explica Melanie Peralta Carmiña, abogada de Fundación Navarro Viola.
9. ¿Dónde pedir ayuda ante una situación de violencia?
●Oficina de Violencia Doméstica (OVD) dependiente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación: atiende a las personas que se acercan para realizar denuncias u obtener información y orientación. Brinda atención de forma presencial en Lavalle 1250, CABA, todos los días, las 24 horas, los 365 días del año. La modalidad de atención permite que se adopte una decisión judicial en un plazo breve. Cuando el equipo interdisciplinario recibe el relato de la persona denunciante, se elabora un informe que permite evaluar el riesgo al que están expuestas las personas afectadas.
●Línea 144: ofrece atención, asesoramiento y contención para situaciones de violencia por motivos de género. Atiende las 24 horas, los 365 días del año. Es anónima, gratuita y nacional.
●Línea 911 de emergencias: para garantizar una mejor respuesta, se solicita que la persona que llame le indique al operador el lugar donde se encuentra lo más exacto posible, con la intersección de calles, dirección del lugar o piso y departamento donde ocurre el incidente. En el caso de autopistas, sobre cuál mano.
●Programa Proteger (CABA). Depende de la Dirección General de Protección de Derechos de la Ciudad y asiste a las personas mayores que sufren violencia desde un abordaje interdisciplinario. Se les da contención psicosocial y acompañamiento para el acceso a Justicia. Si bien asesora, no recibe denuncias ni interviene en caso de urgencias. Su línea gratuita es 0800 222 4567 y los días y horarios de atención son de lunes a viernes de 9 a 16 hs. Correo electrónico: proteger@buenosaires.gob.ar
●Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires: recibe denuncias en su línea telefónica: 0800 33 347225, por correo electrónico: denuncias@fiscalias.gob.ar, online las 24 h y en forma presencial
Fuente: La Nación
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