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Habilitando otras voces y miradas…
Posiblemente ante este título surjan preguntas: ¿todo esto junto? ¿no será mucho? Sí claro que es mucho, es un montón… Como son un montón los atravesamientos cotidianos que experimentamos en el diario transitar, que se suman, al estar, cuidar, sostener, alojar, acompañar, listar tareas de diversas acciones domésticas, actividades escolares y extraescolares, hacer magia con la economía, prestar máxima atención y tener total disponibilidad para el trabajo remunerado, etc.
Por Mónica Vaccaro*
para Diario Digital Femenino
Mientras se da «respuesta» a tantas demandas, mandatos, excesos de obligaciones y responsabilidades, acontece la vida con sus propuestas, la historia sobrevuela y las realidades nos invitan a salir de las zonas de confort, apostar a las construcciones colectivas y al cuidado de la Salud Mental, que siempre y en todas las situaciones debe ser puesta en valor.
Como en estos encuentros semanales visibilizar, interpelar, incomodar es parte de la propuesta en el camino a la deconstrucción, anclando siempre en los impactos en las subjetividades, aparecen varios entrecruzamientos que se agolpan queriendo «decir» y considero tomarlos para una puesta en común.
Entre cambios climáticos extremos, brumas que entorpecen la visión, indiferencia ante los escenarios electorales sin propuestas que enamoren, intento de disciplinamiento a quienes reclaman por sus tierras y derechos, la proximidad del día de la niñez, se celebra la pachamama, se estrena la película «Barbie» y se promueve la semana de la lactancia materna (tema que dejo en agenda para retomar en la próxima columna) entre otras cuestiones que se visibilizan y captan la atención (o la cooptan, en algunos casos)
Entonces, ¿todo esto junto? Todo esto junto ocurre y mucho más, generando efectos subjetivantes que deben ser tenidos en cuenta, especialmente en este hoy, en este mundo que agravó su desconfiguración a partir del evento disruptivo que nos atravesó como humanidad.
Hablemos de Pachamama
Entre todas sus descripciones elegí esta. La divinidad de la Pachamama (Madre Tierra) representa a la Tierra, pero no solo el suelo o la tierra geológica, como tampoco solo la naturaleza; es todo en su conjunto. No está localizada en un lugar, pero se concentra en manantiales, vertientes, o apachetas. Es una deidad inmediata y cotidiana, que actúa por presencia y con la cual se dialoga, ya sea pidiéndole sustento o disculpándose por alguna falta cometida en contra de la tierra y por todo lo que nos provee.
No es una deidad creadora sino protectora y proveedora; cobija a los seres humanos, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad. A cambio de esta ayuda y protección, el pastor de la Puna Meridional está obligado a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe, no solo en los momentos y sitios predeterminados por el ritual sino, en todos los acontecimientos culturales significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad. Sin embargo se la considera con una faz negativa: la Pachamama tiene hambre frecuente y si no se la nutre con las ofrendas o si se la ofende, provoca enfermedades.
Llegó otro agosto renovando las ceremonias y los homenajes, en contraposición con el despojo, el extractivismo y las violencias que también sufre la Madre Tierra. Las potentes marchas, los reclamos por su preservación nos deben alertar, sensibilizar y comprometer a ser parte de acciones que alojen su también, grito URGENTE!!! Identificar los mensajes que quieren confundir, nombrando lo que SÍ es amenaza es parte de los pendientes, y una posibilidad de sumar a la trama que hace resistencia.
Hablemos de barbies, habilitando otros debates…
![Habilitando otras voces y miradas, PACHAMAMA, Barbies y más...](https://diariofemenino.com.ar/df/wp-content/uploads/2023/08/BARBIE20260523.jpg)
En los mismos hilos de tiempos que vamos viviendo, aparece desde «el norte» una invasión de colores rosa con aparente predominio hegemónico. Llega una invitación para ir al cine y a partir de ver «Barbie» surge el contenido para debatir. No voy a entrar en el análisis de si es buena o mala, considerando que hay material para entramar en la línea que venimos planteando. Celebro tener cerca a algunas de esas niñas, hoy mujeres, que jugaron con esas barbies desafiando la hegemonía, cortando la blonda cabellera, dando «existencia» a «barbie rarita» .El ir y venir en tiempos y situaciones diversas, da cuenta que los recorridos tienen un impacto, no siendo un dato menor que se pongan en «cartelera» discursos que puedan leerse con gafas violetas. Transcribo segmentos del monólogo de unas de las protagonistas y la relación con algunas notas publicadas:
«Tienes que ser delgada, pero no demasiado. Y nunca puedes decir que quieres ser delgada. Tienes que decir que quieres estar sana, pero también tienes que estar delgada. Tienes que ser jefa, pero no puedes ser mezquina. Tienes que liderar, pero no puedes aplastar las ideas de los demás. Tienes que amar ser madre, pero no hables de tus hijos todo el maldito tiempo. Tienes que ser una mujer de carrera, pero también estar siempre pendiente de los demás. Tienes que responder del mal comportamiento de los hombres, lo cual es una locura, pero si lo señalas, te acusan de quejumbrosa. Se supone que debes seguir siendo guapa para los hombres, pero no tanto como para tentarlos demasiado o amenazar a otras mujeres, porque se supone que formas parte de la hermandad. Pero destaca siempre y sé siempre agradecida. Sin embargo, nunca olvides que el sistema está amañado. Así que encuentra la forma de reconocerlo, pero también de estar siempre agradecida. Tienes que no envejecer nunca, no ser grosera, no presumir nunca, no ser egoísta nunca, no caer nunca, no fracasar nunca, no mostrar nunca miedo, no salirse nunca de la fila. Es demasiado difícil. Es demasiado contradictorio…»
Sentí cercanas estas expresiones a lo escrito hace algunas semanas en Entre brumas, demandas y proyectos de ley… » Se hacen indispensables pausas y «recreos», junto con intervenciones amorosas que alojen otras posibilidades, para paliar las fuertes exigencias instaladas ante tanto mandato patriarcal con que se cargan las mochilas de las mujeres (hay que poder todo, con todo y todo el tiempo, hablar en voz baja, en lo posible parecer sumisas para no ser llamadas «bravas», también estar flacas, lindas y ser inteligentes, pero no tanto, no sea que se note y empañe el despliegue patriarcal que se encarga de que no existan «fisuras» en los «techos de cristal», tampoco alejarse demasiado del amor romántico y asumir todo tipo de tarea de cuidado aún a costa del propio des-cuido)
Cabe también resaltar algunas escenas dentro de la película que ponen en jaque también a las masculinidades hegemónicas, donde se muestra como único «lugar» posible el concebido en la cultura patriarcal desde la dominación y el poder, sin espacio a posibilidades subjetivantes u otras posibilidades alojadoras de sostén y amorosidad.
Una vez más la propuesta es construir sentido propiciando la circulación de la palabra, visibilizando los recorridos, poniendo en agenda los pendientes. Habilitando todas las voces y miradas, aparece nuevamente la oportunidad de, generar espacios saludables de construcción colectiva, de encuentro con otras, otros, otres, de sumar al tejido de la trama como refugio, como remanso ante tanta exigencia y hostilidad, de respirar otros aires, de propiciar vínculos sanos, de promover Salud -Salud Integral-Salud Mental.
(*) Trabajadora de la Salud Mental y activista de Derechos Humanos.
Imagen de portada: Viento Sur