Días atrás se conoció que una aplicación diseñada para ayudar a personas con problemas de salud mental fue contratada por el municipio de Trenque Lauquen. Esto sucedió el pasado año y, tras la polémica que se generó, meses después debió rescindir el acuerdo.
La innovadora plataforma digital basada en inteligencia artificial lleva el nombre de “Cux: contame un secreto” y fue presentada como “la solución” para el “acompañamiento y asistencia emocional de los vecinos”.
La misma fue promocionada como parte de la política de salud mental municipal a un costo mensual mínimo, pero posteriormente y ante el cuestionamiento de profesionales, el servicio fue dado de baja.
La polémica generada tiene que ver justamente con lo riesgoso de que alguien con problemas emocionales graves dependa de la respuesta de una inteligencia artificial y con lo peligroso que puede resultar reemplazar por una aplicación de teléfono, a los profesionales de la salud mental.
En relación a esta cuestión, La Reforma tomó contacto con la psicóloga Mónica Vaccaro, quien dijo que es indispensable “advertir de la peligrosidad del uso de mecanismos basados en inteligencia artificial que pretenden ofrecer atención en materia de Salud Mental, ya que son elementos ajenos a cualquier control, recomendación, principio y legislación en la materia” y agregó que “la implementación de una app que tomó estado publico en los últimos días constituye una flagrante violación de normativas vigentes como la Ley Nacional de Salud Mental, las leyes provinciales vigentes del ejercicio profesional, códigos de ética, leyes que protegen los derechos de asistencia de las personas, y la confidencialidad y protección de los datos personales, entre otras”.
La profesional de la salud indicó que “tanto esta como otras plataformas de igual carácter son ejemplos de intervenciones iatrogénicas, implicando graves riesgos para la salud. Además de las gravísimas consecuencias mencionadas, estas falsas respuestas como solución mágica al malestar subjetivo, se contrapone al permanente y cuidadoso trabajo que trabajadoras y trabajadores de la Salud Mental construimos colectivamente desde hace años, poniendo en valor la salud mental, siempre”.
También aclaró que “en nada se parece a lo que sucedió en pandemia, cuando se generaron los encuentros virtuales entre profesionales y pacientes; en aquel momento se crearon los dispositivos de acompañamiento y asistencia justamente por la imposibilidad de vernos y eso se sostuvo en el tiempo y hoy es una herramienta sumamente valiosa porque mantiene la transferencia del encuentro y nada tiene que ver con la respuesta automática de una máquina, como sucede con esta nueva aplicación”.
Y añadió: “Salud Mental es vivir en comunidad, es construir comunidad; es gravísimo, preocupante y repudiable que se ofrezcan respuestas automáticas equiparándolas al encuentro amoroso, con escucha alojadora y en el marco ético adecuado que se dá en el encuentro terapéutico. El avance de estos modelos que anulan las subjetividades es inquietante, nos debe mantener en alerta, interpelar y fortalecer las formaciones y la defensa de las buenas prácticas en salud mental, que garanticen los derechos de las personas al acceso a la salud integral. No hay salud sin salud mental. No hay salud mental sin derechos humanos”.
Cabe recordar que en nuestra provincia existen líneas de asistencia telefónica cuidadas y supervisadas (136 para personas en crisis y 132, para consumos problemáticos), con gente capacitada y especializada para atender esa consulta y realizar las derivaciones correspondientes a profesionales matriculados. (La Reforma)
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