
La palabra TERF da vueltas en las redes y se enfrenta a una gran parte del feminismo. ¿Qué significa y qué busca? Filo.News habló con la filósofa feminista Danila Suarez Tomé sobre este movimiento y sus implicancias actuales.
Por: Paula Gimenez
l feminismo es un movimiento plural, tal vez, el más plural de estos tiempos. Pero esa heterogeneidad que lo hace gigante y poderoso, aunque con una finalidad clara, tiene sus diferencias.
Hace algunos días se difundió un flyer convocando a la organización de feministas radicales para que la marcha del 8 de marzo sólo la realicen mujeres, dejando afuera a personas trans y travestis. Esto generó un amplio repudio y polémica en las redes sociales.

¿Pero qué es el feminismo radical? ¿De dónde viene y por qué genera diferencias dentro del movimiento? Para entenderlo Filo.News habló con Danila Suarez Tomé, coordinadora de ecofeminita y profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Los inicios

«El feminismo radical es el feminismo de la segunda ola. Surge en Estados Unidos con mayor fuerza, a fines de los años 60 y se extiende a los años 70. Se denomina radical porque, a diferencia de la primera ola que era caracterizada por un feminismo liberal que buscaba adquirir ciertos derechos sociales, económicos y políticos (como manejar una cuenta propia, poder votar, poder presentarse a cargos políticos), el feminismo radical encuentra que mediante esta serie de reformas no se solucionan en profundidad los problemas de las mujeres», explica la especialista.
Había que plantear otra manera de erradicar la desigualdad, una forma que se aleje de lo individual, que sea colectiva y que, además, cuestione lo naturalizado para empezar a romper desde las bases. «Radical viene de raíz. Lo que plantearon en su momento fue que el problema está en la propia construcción de la mujer y que este sistema se constituye sobre la subordinación de las mismas. La violencia sexual, la violencia de género, el amor romántico, la violencia dentro de las parejas», explica la filósofa.
Las sufragistas estadounidenses consiguieron el voto femenino en el año 1920.Sin embargo, esta igualdad de derechos no erradicó la desigualdad y es por esto que la segunda ola realizó un cuestionamiento más profundo sobre el rol de las mujeres en este sistema. La lucha tendrá que ver con los derechos sexuales y reproductivos, con una fuerte crítica a la maternidad obligatoria. En 1973, conquistan en Estados Unidos el acceso al aborto legal por un fallo de la corte.

«En 1970 Kate Millet escribe ´Política sexual´, lo que será el gran texto del feminismo radical. Allí plantea, por primera vez en la historia del pensamiento, la categoría del sexo como una categoría política. En general siempre el sexo quedaba por fuera del análisis político porque se lo consideraba algo ´de la naturaleza´. El domino de la política estudia a la sociedad, no a algo que se suponía natural. Con ese criterio se dejaba afuera todo tipo de reflexión y de investigación profunda sobre el dominio de lo sexual», nos cuenta Danila.
¿Pero todo el feminismo radical discrimina a las personas trans? No. Hay una vertiente de este tipo de feminismo que no acepta la categoría de género como se entiende hoy en día. «Este feminismo en particular está basado en lo que se conoce como un fundacionismo de género. Significa que nuestro género se relaciona directamente con nuestra composición biológica anatómica», explica la filósofa.
Para ser figurativa y explícita: para este sector del movimiento si no tenes vulva, no sos mujer. Aunque digas que lo sos, aunque así te sientas, aunque así lo seas. «Hay una serie de características biológicas y fisiológicas de lo que hace al concepto de lo que es una mujer. El feminismo TERF divide, como así lo hace el biologicismo: varones y mujeres», agrega.
¿Qué es TERF?
Opuestas a la perspectiva de género y a los avances académicos y biológicos, esta porción dentro del feminismo radical sostiene que no existe la autopercepción del género. TERF significa Feminismo Radical Trans Excluyente (con sus siglas en ingles).
Esta parte de la nota es importante porque es en donde marcamos una importante diferencia con respecto a los términos: si bien no toda feminista radical es TERF, todas las TERF son feministas radicales.
«El feminismo radical fue sumamente revolucionario y necesario para poder pensar ese tipo de opresión especifica de la mujer que se basó en el control reproductivo y sexual. Pero los desarrollos dentro de los estudios de género siguieron y hoy en día, a pesar de que no se niega este tipo de opresión sexual y reproductiva (sobre todo en este país en el que seguimos luchando en poder tener autonomía sobre nuestros cuerpos), se siguió avanzando en la complejización de lo que es la opresión de genero», detalla.
Este nuevo paradigma, que se aleja cada vez más de lo fisiológico, indica que el género es un conjunto de mandatos sociales que se imponen sobre los cuerpos y que el binarismo varón- mujer, deja afuera a mucha gente. «Hoy hay nuevas categorías que surgieron para poder explicar qué es lo que pasa con las personas que no se perciben dentro del género que les fue impuesto al nacer, (porque todas las personas más allá de nuestra anatomía, tenemos una identidad de género que puede o no coincidir con el sexo impuesto) y este tipo de feminismo lo niega. Y niega también el problema de que el binarismo es parte de la división de roles y la discriminación», comenta Danila.
El objetivo principal para el feminismo radical es terminar con la opresión sexual y reproductiva pero la cultura avanzó y hoy, sin perder de vista ese punto clave, hay otros cuerpos que también son oprimidos, y mucho, bajo el ala del sistema machista.
«El feminismo transexcluyente sostiene que si nos alejamos de esa concepción no vamos a poder resolver nunca los problemas de las mujeres en la sociedad. Ademas consideran que las personas trans, por ejemplo, afianzan los estereotipos de género asociados especialmente a lo femenino. En general los problemas rondan en torno a las mujeres trans o travestis porque los varones trans, como sí los consideran mujeres (porque tienen vulva), les tienen otra estima. En muchos casos, sostienen que las mujeres trans son varones infiltrados en el feminismo», describe Suarez Tomé.
¿Varón se nace?

«Indican también que las mujeres trans y las travestis no sufren por su anatomía la opresión sexual y reproductiva que sufren las mujeres por tener otros genitales. Y que no han padecido la socializacion de género que han padecido las mujeres para cumplir su rol social porque no nacieron con genitales femeninos. Pero sabemos muy bien que no es asi porque las identidades trans se manifiestan a muy temprana edad y sus cuerpos y su psiquis sufren muchísimo el castigo social de ser quienes son y no quienes deberían ser», especifica la especialista.
Ese discurso, así como lo indica Tomé, es insostenible en la sociedad actual aunque todavía tenga y encuentre resistencia. «Lo que sucede es que surge un paradigma nuevo. Nos estamos alejado del paradigma donde ser varón y ser mujer se define por los genitales que tenes y lo que surge es una reacción conservadora que está por fuera del feminismo pero también por dentro», explica.
Así como los sectores religiosos sostienen su discurso en lo biológico, las TERF también. «¿Viste esa gente que no sabe demasiado del tema o está por fuera del feminismo que te dicen que un varón es un varón y una mujer es una mujer?Bueno dentro del feminismo se dice básicamente lo mismo pero con argumentos un poco más sofisticados», agrega.
«Misoginia» es lo que una feminista radical transexcluyente sostiene que pasa cuando se acepta a las personas trans o travestis dentro del movimiento ¿Por qué? Danila responde: «Lo que dicen es que considerar a ese tipo de personas dentro del feminismo es misoginia porque estás atentando con los derechos de las mujeres nacidas biológicamente mujeres. Porque hay algo biológico que ancla a la categoría mujer en la naturaleza y este es el paradigma en el que se encuentra hoy el movimiento TERF».
El feminismo es diverso o no es

«En definitiva está bueno hacer entender que las personas trans y no binarias existen, que nos encontramos en un momento de intentar desarrollar teorías para poder comprender estas existencias que desafían a todo lo que se pensó tradicionalmente sobre el sistema sexo- genero. No podemos negar sus existencias para que entren en nuestros modelos conceptuales de lo que creemos que es un varón o una mujer. Negar la existencia y los derechos humanos y la identidad a un conjunto de personas es violento», resume la filósofa.
Cabe destacar que la expectativa de vida de una persona trans en nuestro país es de 36 años, muy pocas llegan a la vejez. Son víctimas de constantes crímenes de odio y casi la única posibilidad de trabajar es prostituyéndose porque el cupo laboral trans no se cumple. El 98% de las personas trans no tiene un trabajo formal.
«El feminismo RADFEM tiene una cierta cantidad de categorías cerradas y es muy reduccionista. Ni siquiera están en consonancia con los desarrollos biológicos más recientes que sostienen que el sexo es un espectro, que vamos hacia un nuevo paradigma de comprensión de lo que es el sexo y el género. Pero ellas se quedaron atrás y quieren forzar la realidad a través de esas premisas antiguas», agrega.
Pequeñas soldadas transexcluyentes

En estos últimos años de crecimiento feminista, una ola de jóvenes se acercaron al feminismo radical y a través de las redes sociales comenzaron a organizarse.
¿Por qué chicas de veinte o veinticinco años se afirman en este tipo de feminismo que discrimina y excluye? Si bien no existe una respuesta única, la juventud y ese ánimo de rebeldía pueden tener que ver. «Me atrevo a pensar que el discurso más representativo del feminismo argentino es positivamente trans y travesti, inclusivo. Quizás, la manera de encontrar un especie de distinción, de ser distinta a lo que se considera mainstream, es acercarse a posturas más radicales», reflexiona Tomé.
«Hay una tendencia juvenil a colocarse en margenes radicales y eso da como una suerte de vanguardia revolucionaria. ´Nosotras entendemos algo que el feminismo mainstream no entiende´», agrega.
Cuando en las redes a estas chicas se las enfrenta o se las cuestiona, sin demasiadas vueltas, te mandan a leer libros. Esa respuesta sucede una y otra vez en sus debates. «Es que son una especie de vaguardia iluminada. Además, el feminismo radical transexcluyente es un marco mucho más sencillo para poder entender el sistema sexo-genero y elude analizar bien y en profundidad la realidad que siempre es más compleja. Hay algo de épica de devolver el feminismo a las mujeres, que lo dota de algún sentido de ser contrahegemonico pero en realidad es una simple reacción conservadora dentro del propio feminismo», finaliza la especialista.
Maria -
muy bien explicado, excelente!!