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Prólogo
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Cuidados desde una perspectiva de diversidad
Cuidados desde una perspectiva de diversidad

Cuidar a la niñez, a las personas mayores que lo requieren, cocinar, lavar, ocuparse de gestionar la salud del grupo de personas que conforman un hogar, mantener la limpieza, hacer las compras, son solo algunos de los trabajos de cuidados que todos los días se realizan para sostener el bienestar de quienes lo habitan. Esta enorme cantidad de tareas que llamamos domésticas o de cuidado son imprescindibles. Todas las personas necesitamos que nos cuiden para desarrollarnos y, a su vez, requerimos de tiempo para cuidar de otras. El cuidado es una necesidad y, por tanto, decimos que es un derecho. Pero, además, todas esas tareas insumen tiempo, muchas veces requieren formación específica, son un trabajo y deben ser reconocidos como tal.

Los feminismos han llamado la atención durante décadas sobre esta situación y, en particular, sobre el hecho de que ese cúmulo de tareas en las que se invierte un tiempo similar a una jornada laboral ha sido históricamente asumido por las mujeres. Según los datos de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, en Argentina las mujeres dedican 6.31 horas al día a este trabajo no remunerado mientras que los varones le dedican la mitad de tiempo, tan solo 3.40 horas por día (ENUT, 2021). Las consecuencias de esta injusta distribución las vemos reflejadas en las brechas económicas de género. La feminización del trabajo de cuidado no solo impacta en la vida económica de las mujeres y LGBTI+, explicando gran parte de la inactividad laboral, el desempleo y la informalidad en Argentina, sino que también produce pobreza y desigualdad en las familias y en la sociedad.

Sin embargo, este diagnóstico necesita incorporar la realidad de lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, intersex, no binaries y otras identidades de género y orientaciones sexuales (LGBTI+) que resuelven y organizan su cuidado de una forma específica. En la comunidad LGBTI+ la organización y configuración de los cuidados tiene características propias. Se tejen tramas organizacionales, afectivas, políticas, comunitarias para cuidar y ser cuidades y apoyos que facilitan el sostenimiento de la vida.

Invisibilizados durante años, los cuidados ingresaron a la agenda pública de la mano de los movimientos de mujeres y LGBTI+. Las demandas se tradujeron en proyectos de ley y el debate social sobre su importancia ganó terreno. Los transfeminismos han recorrido un camino extenso reclamando una mirada amplia, integral e interseccional que comprenda y visibilice la implicancia de los cuidados en la vida de LGBTI+.

El MMGyD asumió, desde su creación, un compromiso con el reconocimiento, la valoración, visibilización, respeto y construcción de vidas dignas para LGBTI+. Este compromiso incluye los esfuerzos por poner de manifiesto, difundir y recordar que las desigualdades, la discriminación y la violencia de género también se reproducen por la desigual distribución del trabajo de cuidados y que esa realidad no puede ser observada desde una perspectiva binaria. Por eso, en mayo de 2022, luego de recorrer el país escuchando las distintas experiencias y trabajar con la Mesa Interministerial de Políticas de Cuidado, se presentó al Congreso de la Nación el proyecto de ley Cuidar en Igualdad para modificar las licencias parentales de cuidados y crear un Sistema Nacional Integral de Cuidados (SINCA). Este proyecto propone nombrar, por primera vez, a personas gestantes y no gestantes a la hora de hablar de licencias laborales de cuidados, igualar progresivamente la cantidad de días para todas las personas trabajadoras y crear las licencias por adopción para incluir en el entramado normativo la perspectiva de diversidad en materia de cuidados y en el mundo laboral.

Observar y preguntarnos cómo cuidamos a las infancias LGBTI+, visibilizar cuántas veces las instituciones expulsan o niegan ese cuidado, reconocer todas las estrategias que LGBTI+ se dan para cuidar y cuidarse es fundamental y urgente. Es necesario brindar respuestas acordes y respetuosas que reviertan la violencia y la discriminación, para eso también es importante reconocer otras tantas formas posibles de cuidar, de construir hogar, de hacer familia y hacer comunidad.

Por esto, trabajamos en una agenda para una distribución de los cuidados más igualitaria, que tenga en cuenta las necesidades es pecíficas de LGBTI+, y que considere los modos en que cuidamos y somos cuidadxs. Esta publicación es una celebración de las luchas, la organización, las alianzas y las estrategias colectivas de la comunidad LGBTI+, a la vez que intenta ser una invitación a preguntarnos e imaginar otra vida posible en la que todas, todes y todos podamos cuidar y ser cuidades en igualdad.

Agustina Elizabeth Ponce
Subsecretaria de Políticas de Diversidad
Liceenciada Lucía Cirmi Obón
Subsecretaria de Políticas de Igualdad

Fuente: Librería CLACSO

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