
Como cada 2 de mayo, desde el 2011, el pasado lunes se conmemoró el Día Internacional de la Lucha contra el bullying. Durante toda la jornada, las tapas de los diarios se llenaron de noticias que presentan desde claves para prevenirlo hasta entrevistas a especialistas en este “fenómeno”, pasando por noticias de suicidios adolescentes, estadísticas alarmantes de casos in crescendo y hasta el emotivo mensaje de Lali Espósito que se hizo viral, en el cual le manda saludos a una pequeña de 6 años víctima de acoso escolar. Hasta el ministro del Interior de la Nación, Eduardo «Wado» de Pedro, publicó un video este lunes pidiendo a los jóvenes que «rompan el silencio», porque este tema “no es un chiste”, en alusión a sus sufrimiento durante la primaria, fruto de su tartamudez.
Por María Inés Alvarado*
para Diario Digital Femenino
¿Por qué el bullying sigue siendo un problema? ¿Qué temas circulan alrededor de esta problemática que genera debates en los medios pero que no parece tener un tratamiento que le ponga fin en las instituciones escolares? Sin duda, porque se siguen naturalizando las violencias y la implementación de la ESI sigue siendo un proyecto a alcanzar. Educar en la diversidad, poner el foco en la inclusión y en la mirada de que las personas somos diferentes debería ser el eje central para acabar con estas prácticas que no ayudan a una convivencia sana.
Es importante entender que el bullying, o acoso escolar, es un problema de salud pública. En la Guía Oficial contra el Bullying y el Ciberbullying, se describe la historia detrás de esta efeméride con el siguiente dato: “El bullying o acoso escolar es causante directo de más de 200 muertes, ya sea por homicidio” o por inducción al suicidio cada año, provocando, además, que “miles de estudiantes abandonen sus estudios o los sobrellevan con angustia y cansancio como si de una cotidiana tortura se tratase”. La ONG Internacional Bullying Sin Fronteras junto a UNICEF consideran que la felicidad, el bienestar y la seguridad son tres aspectos fundamentales para el desarrollo integral de NNyA en su paso por la escuela.
Por otro lado, la citada ONG, desarrolló una estadística que arrojó un alarmante crecimiento de casos de Bullying en la República Argentina: 7 de cada 10 NNyA sufren todos los días algún de tipo de acoso y ciberacoso, colocando a nuestro país entre uno de los que tienen más casos de acoso escolar o bullying en el mundo, totalizando 14.800 casos, lo que marca un incremento del 20 por ciento con respecto al último informe, realizado en 2019, donde se habían registrado 12.300 casos, previo a la pandemia de COVID-19. Frente a este panorama, el Observatorio de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Defensoría del Pueblo bonaerense, presentó este lunes una Guía de abordaje sobre bullying con el objetivo de brindar herramientas que sirvan a las familias y a las comunidades educativas para prevenir situaciones de acoso y brindar indicaciones para saber cómo actuar.

Es necesario pensar estrategias desde las escuelas, con el Estado acompañando. Cada docente tiene que tener herramientas para percibir cuales son las situaciones que ocurren en el aula que pueden derivar en maltratos; debe saber escuchar a las víctimas e intervenir frente a las autoridades, para pensar como poner fin a esta realidad, pero es desde las políticas públicas donde se debe habilitar acciones concretas para terminar con ella. Estamos en una realidad en la cual se pondera a quienes tienen más fuerza, o más habilidades, a quienes entran en el paradigma de los estereotipos de belleza, de los modelos de cómo hay que ser y comportarse socialmente y eso, es un problema que atañe a toda la sociedad.
En la página de la Asociación Civil Equipo ABA (Anti Bullying Argentina), explican que las intervenciones más eficaces para terminar con esta problemática son aquellas que se abordan desde un enfoque integral y multimodal, es decir que trabajan sobre todas las personas involucradas: estudiantes, familias, docentes, personal no docente y cuerpo directivo. Ayudar a toda la comunidad educativa a entender que la única manera de afrontar este flagelo es lograr una convivencia que acepte todas las dimensiones de la diferencia, apuntando a la inclusión desde la diversidad.
Un material factible para ser llevado a las aulas es Pedagogías antidiscriminatorias, una publicación de descarga gratuita que presenta una serie de secuencias didácticas para trabajar en el Nivel Secundario, elaborado por la campaña Escuelas Sin Discriminación con el apoyo del INADI. En ese material se propone trabajar la discriminación como problemática social, entendida desde un sentido interseccional, para facilitar el abordaje de estos temas en las aulas. La ESI debe ocupar ese espacio de socialización, mediación y solución de los conflictos. Debe ayudar a reflexionar sobre los vínculos, fomentar la creatividad y el trabajo colaborativo para la resolución de conflictos, invitar a abrir debates acerca de los estereotipos y modelos que les rodean, hacer hincapié sobre la importancia de los derechos humanos, trabajar sobre la convivencia escolar, la construcción de vínculos saludables y abordar las formas que adquieren la violencia y la discriminación.
Tenemos una ley y herramientas que ayudan a prevenir y a tender puentes para pedir ayuda. Que la ESI ayude no solo a romper el silencio sino también a no mirar el fenómeno de afuera, sino a que seamos protagonistas de un cambio.
(*) Docente, comunicadora. Co-directora de La ESI en juego.
Columnista de Diario Digital Femenino– De ESI Sí Se Habla