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Guía de orientación.
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Abordaje integral de los consumos problemáticos en la escuela
Abordaje integral de los consumos problemáticos en la escuela

En la actualidad nos encontramos inmersos en una sociedad que por sus características se denomina “Sociedad de Consumo«. Se caracteriza, entre otras cosas, por la búsqueda de la satisfacción inmediata, el sentido de pertenencia a un grupo social según lo que se consume, la necesidad de acceder a “lo nuevo” constantemente y la canalización del malestar a través del consumo, entre otras características.

En los medios de comunicación y en las publicidades, por ejemplo, se suelen proponer soluciones “rápidas y eficaces” para cualquier malestar: medicamentos para solucionar dolores e incluso para aliviar las consecuencias de ciertos consumos y, de este modo, no parar de consumir. Todo apunta a lo mismo: tapar o “resolver” el malestar con objetos propuestos para el consumo y seguir consumiendo para “ser feliz”.

Este discurso social condiciona los vínculos con los otros y la forma en la que nos vemos y afecta sobre todo a niños, niñas y adolescentes, por estar transitando una etapa de cambios y de formación de su personalidad.

Advertir las formas en las que consumimos, focalizando en el por qué y el para qué de nuestros consumos cotidianos y observar qué aspectos de nuestra vida pueden estar siendo afectados, nos permite acceder a un saber sobre nosotros mismos que tal vez nos ayude a asumir si un consumo nos está afectando.

Reflexionar sobre las creencias, mitos o representaciones sociales configura lo que se llama mecanismos anticipatorios o preventivos sobre una problemática. La escuela, como lugar en el cual niños, niñas y adolescentes pasan gran parte de su día, tiene la oportunidad de escuchar activamente y crear redes que favorezcan el abordaje y permitan pensar colectivamente acerca de las modalidades de consumo, para reflexionar sobre las falsas creencias que llevan a frases como “yo lo puedo manejar”, “lo dejo cuando quiero” o “a mí no me va a pasar”.

Esta guía está destinada a Supervisiones, Equipos de Conducción, docentes, preceptores/as, y equipos técnicos de escuelas secundarias. Propone orientaciones para el abordaje integral de las situaciones de consumo problemático en las escuelas de nivel secundario y brinda herramientas teóricas y prácticas para el trabajo sobre la temática como contenido transversal enmarcado en la ESI y para la elaboración de proyectos escolares sobre los consumos problemáticos en distintos espacios institucionales.

¿De qué hablamos cuando hablamos de consumos problemáticos?

Hablamos de consumo problemático (en adelante CCPP) cuando un consumo afecta negativamente, mediando o sin mediar sustancia alguna (sustancias legales como a las ilegales, así como también ciertas conductas y prácticas), —en forma ocasional o crónica— una o más áreas vitales como: la salud física o mental, las relaciones sociales primarias (familia, pareja, amigos), las relaciones sociales secundarias (trabajo, estudio), como con la Ley. Según la Ley 26.934/14, “(…) Los consumos problemáticos pueden manifestarse como adicciones o abusos al alcohol, tabaco, drogas psicotrópicas —legales o ilegales— o producidos por ciertas conductas compulsivas de los sujetos hacia el juego, las nuevas tecnologías, la alimentación, las compras o cualquier otro consumo que sea diagnosticado compulsivo por un profesional de la salud”.

Pensar el consumo sólo en relación al objeto que consumimos y la frecuencia de ese consumo, dificulta ver de forma integral la situación. Se sugiere pensar el consumo como un vínculo que se establece entre una persona, un objeto (sustancia/tecnología/conducta) y en un contexto, en el que intervienen distintas variables (subjetivas, históricas/sociales, por ejemplo) que conllevan que la persona establezca o no un vínculo problemático con el objeto de consumo.

El vínculo con los objetos que se consumen

Existen tres categorías en relación al vínculo que se puede establecer con diferentes sustancias u objetos que pueden guiarnos para la comprensión, sin que esto implique de ningún modo realizar un diagnóstico.
USO: refiere a un consumo circunstancial en una situación aislada que no produce problemas para la salud.
ABUSO: esta forma da cuenta de una modalidad de consumo excesiva y en la cual el consumo puede implicar una función, como aliviar un malestar, reducir la fatiga, mejorar el ánimo, etc. Puede ser tanto ocasional como crónica y puede generar dificultades en la salud.

DEPENDENCIA: el consumo se torna inevitable y se vuelve el eje principal en la vida de esa persona, todo gira en torno al consumo de esa sustancia u objeto. Cabe destacar que esta categoría si debe ser diagnosticada por un profesional de la salud.

Hablar de consumos problemáticos es hablar de una temática compleja y multidimensional, la cual afecta a toda la sociedad sin discriminación de clases, géneros o edades. Es compleja porque intervienen múltiples variables: sociales, familiares, históricas, psicológicas, culturales, coyunturales, entre otras; y es multicausal porque son varias las causas o motivos que llevan a una persona a consumir de manera problemática que pueden ser: históricas, familiares, subjetivas, sociales, etc. Es por esto que las situaciones de consumo problemático no pueden pensarse centrándose sólo en una dimensión y por eso su abordaje debe ser integral, multidisciplinar y articulado con otros organismos e instituciones, cuando sea necesario…seguir leyendo AQUÍ.

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